Just a Monster. #Wattys2016

Capítulo 7. Padres.

Connor's POV.

Apenas despierto y de una vez sé que lo que he dormido no son solo unos cuantos minutos, puesto por lo que veo por la ventana de la habitación ya es de noche. Reviso mi teléfono para comprobar la hora y son pasadas las nueve de la noche. Solo hay un mensaje de kate.

Vía mensajería de texto.

Kate: En vista de que no apareces, acepté salir con un chico ardiente esta noche. No me esperes despierta ;).

Fin de mensajería de texto.

Hermosa mi mejor amiga, en vez de preocuparse, sale con un chico.

Lo extraño del asunto es que ni he visto ni escuchado a Donovan aún, así que emprendo una búsqueda por la casa para comprobar si volvió. Recorro todas las habitaciones de la segunda planta, y solo me encuentro con recámaras vacías, empolvadas y esa extraña habitación que contiene la cama matrimonial y el enrollo de cinta policial a un lado.

Realmente esta habitación solo logra causarme un miedo repentino, y mientras más permanezco aquí, mas tétrica se vuelve. Por lo tanto decidí que lo mejor era ir a recorrer la planta baja.

Después de dar vueltas por la enorme y hermosa casa, veo que realmente Donovan no volvió desde la salida después de la extraña llamada.

Debió siquiera decirme que no volvía, para haberme ido en el acto y no haberme quedado dormida en su habitación. Idiota.

Finalmente vuelvo a su habitación donde estábamos realizando el trabajo, y lo tomo. Espero que no le moleste al profesor Timothy Alias: Mirasol, que solo llevemos un cuarto del trabajo. Por que ni de coña lo voy a terminar sola. Que Evans se crea el chico-guapo-moja-bragas no significa que tenga el mundo ganado.

Me dispongo a salir de su hogar, supongo que no importará si la casa queda sin seguro. Al fin y al cabo, seguro vuelva a media noche con una guarra cualquiera. Sería predecible y típico de un tipo como el.

Estoy tomando las llaves de mi querido bebé, cuando escucho un crujido proveniente de unos arbustos del patio de la casa que tengo cerca. Siento un frío recorrer mi columna, nunca había tenido esa sensación de estar siendo observada hasta ahora. Con pavor entro en el auto y salgo disparada de ahí. Gracias al señor las calles estaban desiertas y podía aumentar la velocidad. Esa sensación aun no se iba.

Estaba por mitad de camino cuando mi móvil vibra en señal de una llamada entrante. El ruido me sobresalta, pero veo que se trata solo de mi madre y eso me tranquiliza.

Esperen un momento.

¿Mamá?

¿A esta altura de mi vida viene a llamas después de casi tres meses sin saber de mí?

Contesto la llamada, pero del otro lado de la línea no se oye nada.

— ¿Mamá?... ¿Hola?

—Incrédula...

Mierda.

Y más mierda. Esa no era la vos de mamá, ni la de mi padre. Era mas oscura, más tétrica.

— ¿Quién eres? — Pregunté

— ¡Pequeña estúpida! ¡Morirás! ¡Los mataré!

El miedo que en ese momento estaba teniendo no tenía comparación. Joder, si un jodido loco tenía el móvil de mi madre, había la posibilidad de que... No, No puede ser.

— ¡Maldito loco! ¿Por qué tienes el móvil de mi madre?

— ¿Hija? ¿Hija eres tú? ¡Ayúdanos por favor!

Esa era mi madre hablando entre sollozos. ¿Qué mierda estaba pasando?

— ¿Mamá?..

Fin de la llamada telefónica.

Eso provocó que frenara el auto de golpe en media carretera. Instintivamente llamé repetidas veces al número de su móvil. Pero nadie atendía.

Joder, estaba entrando en un estado de pánico por no saber que pasaba.

Mis manos estaban temblando y tenía miedo de seguir manejando.

De un momento a otro, un auto se detiene junto al mío. Sus vidrios polarizados no me dejar ver más allá de mi asustado reflejo.

Este solo baja el vidrio para enseñar un gran papel que pone en letras rojas: "Pequeña incrédula, ya es hora de que mueras".

Es suficiente para que coloque el auto a su máxima velocidad.

Salgo disparada de ese lugar, asegurándome que ese auto no me siga, voy al departamento lo más rápido posible.

Una vez que llego, entro corriendo y cierro la puerta con llave.

Estoy en un estado shok. Pues no me doy cuenta que me recosté en la puerta hasta caer al suelo deslizándome por ella.

Estaba mas tranquila cuando siento un pequeño sobre de papel debajo de mí, que debió haber entrado por la rendija de correo.

No tiene ni nombre de remitente, ni lugar.

Cuando lo abro, el mensaje de la carta es claro y solo pone:

Ningún lugar es seguro.