Era la mañana del 18 de febrero, despertó en un lugar diferente y un tanto aterrador. Era un cuarto un poco más amplio que el anterior pero en este habían púas en las paredes, el suelo era de madera algo vieja y no había ventanas, sólo una pequeña vela que alumbraba levemente. Había un sofá de color marrón oscuro con varios remiendos y una mesita en el centro que le daba un toque de tranquilidad a la habitación.
En un rincón había una silla y en ella estaba sentado un sujeto diferente dando la espalda, algo así como una sombra oscura. Athan no sabía cuánto llevaba ahí, ni cuánto tiempo había estado dormido y al ver que el sujeto no se movía decidió levantarse e ir a investigar, se fue acercando lentamente tratando de hacer el menor ruido posible,iba despacio mirando donde y como daba cada paso, estaba a menos de un metro de llegar cuando ¡Crash! algo cayó, Athan se asustó y vio salir algo semejante a una araña de uno de los costados del sujeto, rápidamente se acercó y le dio vuelta. Al ver lo que era Athan se desmayó.
Más tarde ese día, Athan recostado en el sofá- Llevado allí por el primer sujeto que llamaremos H- vio entrar a H con un plato que dejó al lado del joven, sin este haber salido entró un nuevo sujeto un poco más bajito y luego de una corta conversación en un idioma desconocido para Athan y más parecido a sonidos que a palabras, ambos sujetos abandonaron la habitación. El joven observó el plato que contenía algo parecido a gusanos en una salsa de color púrpura, agarró uno y acercándolo a su nariz olió aquella extraña cosa. Su olor no era agradable pero su estómago llevaba horas vacío y haciendo una mueca de desagrado metió aquella cosa viscosa a su boca y tragó.
No tardó en hacer efecto aquella extraña cosa, luego de media hora Athan se sintió enfermo y con una sensación rara en todo su cuerpo, empezó a oír risas y ver personas por toda la habitación, vio a su madre sentada a su lado y le empezó a hablar, le contó cómo se sentía, que le había hecho mucha falta y que lo perdonara. Lloró y ella le limpió las lágrimas, se levantó y vio a su alrededor, había música y por primera vez en dos días- para Athan fue algo parecido a una semana- se sintió feliz.
Fueron unos minutos hasta que H entró en la habitación y todo se desvaneció, se dirigió hacia el muchacho que se encontraba aún recostado en el sofá y le tocó la frente, ardía en fiebre y estaba sudando, tenía las pupilas dilatadas y unos puntos rojos en toda la cara. H hizo un gesto de satisfacción y haló las piernas del joven y lo arrastró por el suelo. Athan sentía como las astillas y clavos salidos de ese suelo en mal estado lastimaban su piel, pero no le dolía. Se hizo peor al salir de esa habitación, Athan fue arrastrado por un pasillo estrecho con paredes color plomo de las cuales colgaban varios cuadros con figuras oscuras, grandes círculos rojos, espirales amarillas y un sujeto sin rostro en uno de ellos. El suelo era rugoso, con púas diminutas que rasgaban la piel. El pasillo extraño media entre 20 y 25 metros lo que lo convertía en un martirio.
Entraron luego a una habitación más pequeña, oscura, con un olor agrio bastante penetrante. Athan fue dejado allí, tenía la cara y los brazos arañados por la cantidad de púas pero extrañamente no salía sangre.
Después de que H cerró la puerta, Athan examinó el lugar. En aquella habitación había un sofá y muchas cajas, varias ventanas y dos puertas, por la que entraron ellos y otra metálica. Al caminar por el cuarto descubrió algo extraño en el suelo, era algo parecido a un cuerpo pero estaba cubierto por una manta. La primera reacción del joven fue apartarse,- creía que era un cadáver- pero luego se acercó suavemente y levantó la sábana, debajo estaba el cuerpo de una joven, lucía demacrada y con moretones en su cuerpo. Athan se acercó para ver si estaba viva, y así era, la joven aún respiraba -con una leve dificultad- por lo cual decidió sentarse a su lado a esperar que reaccionara.
No pasó mucho tiempo para que la joven se levantara, se sentó y permaneció unos minutos en silencio con los ojos algo perdidos. La joven era de piel blanca, su cabello estaba despeinado y era de color café claro con destellos dorados, sus ojos eran grandes y de color marrón, tenía una boca pequeña y labios rosa pálido en forma de corazón; unos pocos lunares en su rostro y sin duda alguna era hermosa, o al menos eso pensaba Athan quien detalló minuciosamente a la chica.
Cuando ella por fin despertó completamente le preguntó a Athan quien era y que recordaba, no fue mucho lo que él pudo decir. Así como ella, en ese punto él tampoco recordaba su nombre y en su mente había imágenes distorsionadas del rostro de su madre, pero con el paso del tiempo se iban desvaneciendo, ya no sabía si eran reales o se estaba volviendo loco.
La joven le explicó a Athan que probablemente ella llevara allí varios meses, que en ese tiempo había logrado investigar y sabía un poco de la rutina de los sujetos. Con la primera luz del día entraba el segundo sujeto- lo llamaremos J- y dejaba un poco de agua y algo para comer (pocas veces ella lo comía), daba una pequeña inspección y se marchaba. Más tarde, cuando la luz iluminaba justo media habitación llegaba H y la conducía al otro cuarto, el que estaba detrás de la puerta metálica, pero esto ocurría pocas veces. Nadie más aparecía en el día, como ella bien le dijo, el problema es la oscuridad.
El primer cuarto donde estuvo Athan-según lo que ella le dijo- era el geladutzenko pues allí se dejaban los moribundos, los heridos o los que serán ejecutados, la mayoría de los dejados allá no sobrevivían y eran sacados del lugar en la noche para que las criaturas los devoraran. El siguiente, era el de transición y donde normalmente dejaban a los nuevos, allí se definía el lugar a donde los conducirían luego y para eso usaban la sustancia morada. Dependiendo de la resistencia y la reacción de la sustancia eran llevados a geladutzenko , a la actual también llamada gelabekxea o a otra pero esa era desconocida. La actual estaba destinada al descanso y a la recuperación, era por decirlo así una habitación paso. La otra que estaba tras la puerta metálica era un laboratorio o algo así parecido.
Athan se quedó un rato en silencio, no lograba comprender bien la información. Cuando al fin reaccionó solo pudo preguntar -¿Y por qué no puedo ir al baño?- la joven se rió y solo sacudió la cabeza. Athan, al no ver una respuesta por parte de la joven y darse cuenta de lo tonto que debió haberse visto quiso corregirlo
-¿Que hay en esa habitación?- preguntó señalando la puerta metalica
-Lo averiguarás mañana- respondió la joven con cierta indiferencia
- Qui qui qui quien era el sujeto de la segunda habitación? - logro decir Athan
- No preguntes más de lo que eres capaz de saber- diciendo esto la joven se levantó y se dirigió a la ventana.No intercambiaron más palabras durante el día.

ESTÁS LEYENDO
¿Y si no hay marcha atrás?
Pertualangan¿Qué pasa cuando no sabes donde estás o como escapar?