Cap24: Esto es raro

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Maratón 4/?

*Ximena*

Corrimos lejos del centro comercial para evitar a los reporteros y a la policía, no estábamos seguros de lo que pasaría si los niños o la profesora nos describen, y empiezan a buscarnos para aclaraciones, explicaciones o simplemente llevarnos a la cárcel o un laboratorio.

-Esto es malo- susurre lo más bajo que pude para que no me escuchara Jackson.

-¿Qué?- pregunto Jackson mientras se detenía.

-Nada- levanto una ceja y me miro raro, me da miedo este tipo, después de unos segundos levanto los hombros con falta de interés y se eleva –Hey ¿A dónde vas mugre jirafon? No pensaras dejarme aquí ¿o sí?- dije casi gritando con tono un poco amenazador, se detuvo, rodo los ojos y negó con la cabeza.

-Obvio no, solo avanzare más adelante, corres muy lento- me guiño un ojo con una intensión de burla hacia mí y mi pregunta. Gire los ojos y le di la espalda, lo ignore y camine a la dirección contraria, buscaba una tabla o un pedazo de metal plano, delgado y resistente o algo que se le parezca –Hey enana, sabes, por allá está la policía- me encogí de hombros y seguí buscando, dejando de lado lo que me había dicho –Enserio mujer, vamos debemos buscar a Alex-.

-Se puede cuidar sola- respondí con tono burlón

-No tan sola- respondió con voz de idiota, bueno, más idiota de lo que suele hablar.

-Caise-.

-Cállate tú, estas en tus días ¿verdad?- apreté los puños con fuerza, odio ese tipo de preguntas y más si vienen tipos tan exasperante como él, y lo mire de reojo.

-Ya verás Jack- me dije a mi mista entre dientes, relaje mi mano derecha y levante el dedo índice, provocando una luz en él, la misma que rodeo la silueta de Jackson que aun esta elevado y lo avente unos metros lejos de mí. –Idiota- reí y tropecé con un pedazo de madera largo, escuche la risa de Jackson y rodé los ojos, extendí la palma de la mano y de nuevo coloque ese brillo en mi mano derecha como en la madera, la eleve, subí en ella utilizándola como patineta del futuro (como la película :v), y me aleje de Jackson rápidamente.

Mire hacia adelante y Alex estaba ahí, trate de voltear la patineta pero no lo logre correctamente y caí al suelo.

Alex se rio y me ayudo a levantarme, me sonrió, y le devolví la sonrisa, después nos dirigimos a la casa.

Después de un rato caminando en silencio, un silencio muy incómodo por cierto, llegamos y entramos a la casa, Alex y yo corrimos hacia el sofá de la sala acostándonos quedando espalda con espalda y los pies colgando del sofá.

Mire a Alex y jugaba con algo que tenía en sus manos, ignore eso y me concentre en lo que pasaría si nos encuentran.

-¿Qué haremos si la policía nos busca? Es más, ¿qué haremos cuando nuestros familiares se enteren? No volverán a dejarme salir a ningún lado y menos al centro comercial nunca y me encanta comprar ropa-.

-Aja-.

-Y amo la ropa de "cuidado con el perro" y me encanto elegir la ropa de este idiota-

-Idiota tu-respondióJackson mientras caminaba hacia las escaleras.

-Caise nadie pidió su opinión- Jackson rodo los ojos y se alejó para después subir las escaleras –Alex, enserio, ¿Qué vamos a hace— ¡y ni siquiera me escuchas!- tome el cojín del sofá y golpee la cabeza de Alex con él.

-¡¡¡Hey!!!- se quejó mientras sobaba la parte alta de su cabeza con la palma de la mano.

-Escúchame, estas muy rara desde que ese monstruo apareció- me cruce de brazos "enojada", mientras me levantaba.

-No era un monstruo-respondió seria.

-¿Qué?- espero haber escuchado mal

-Esa cosa no era un monstruo, era un juego infantil, algo así, cuando me acerque mire trozos de hierro de colores y algunos pedazos de plástico, de esos que forman los toboganes y esas cosas de los puentes, esto es raro, aparte de eso una sombra de arena salió de ahí, ni sé que era y de pilón este rubí estaba entre los escombros, no lo entiendo ¡¿qué pasa?!- me quede atónica, tenía razón, esa cosa no hablaba, no entiendo nada, Alex se sentó bien y se tapó el rostro con las manos, me senté junto a ella y la abrace.

-La Dama de Blanco debe explicárnoslo todo- sentí como Alex asentía y yo la abrace más fuerte, de repente una luz apareció. –Hablando de la reina de roma- susurre y nos levantamos, miramos mientras la mujer aparecía completamente y ella pidió con las manos que nos volviéramos a sentar, lo hicimos y después ella nos siguió, al sentarse agacho la cabeza y asintió con ella.

-Vamos a aclararlo todo- su voz llamo nuestra atención haciéndonos voltear y mirarla asintiendo –Empezáremos- solamente la vi suspirar profundamente.

No Solo Existe En CuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora