La niña de La Mansión

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Hoy como todos los días me encontraba jugando con Yukkan, si no mal recuerdo seguíamos teniendo 7 años, mis hermanos estaban en la guardería, así que ya no había nada de que preocuparme. Esta vez jugamos que el era un caballero y yo un malvado brujo, la verdad es que nunca me molestó ser el villano y se verían raros dos niños atacando la nada, ¿no?
-Jaja, así que tu eres quien viene a hacerme frente- dije
-Y a ti quién te dijo que yo no sabía defenderme, puedo ser pequeño- dijo con una risa puesto que yo le llegaba al hombro- más no débil malvado brujo-
Ambos nos habíamos vuelto muy buenos amigos, sacamos simultáneamente nuestras espaditas para simular una batalla, estábamos a punto de empezar cuando ambos escuchamos un fuerte sonido que venia de la mansión, volteamos y la puerta enorme de cristal se hallaba abierta,  así que decidimos escondernos en el lugar más cercano para observar, de esta sale una niña con un cabello rubio, ojos morados que a mi parecer brillaban, piel un poco rosa, según mi perspectiva podría ser más alta que yo, una sonrisa hermosa, vestida con un vestido en colores pastel y en su pelo una diadema en esos colores. Estábamos a unos 10 metros de ella pero eso no me prohibió escucharla.
-Papi, te juro que estaban aquí, eran dos niños con unas espaditas- dijo esta con ganas de que su padre la dejara salir a jugar
-Shiryoku de seguro fueron de tus amigos imaginarios, pero te dejo jugar afuera mientras tu madre no está- dijo supongo que su padre
-Mil gracias,-dijo con los ojos iluminados-los buscaré y cuando los encuentre te los voy a presentar y veras que son reales- dijo esta vez más segura de sí. Al terminar su frase empezó a correr hacia las rocas donde nos escondimos como si nos pudiera ver a través de estas
-Niños solo quiero jugar- dijo con cara triste
Yukkan y yo nos miramos a los ojos en señal de que debíamos salir de nuestro escondite
-Que marinerita más linda- dijo Yukkan por diversión a lo que está contesto con un sonrojo
-Amm... Pues gracias... Capitán- dijo esta tímida
-El es el Capitán Yukkan y yo soy el malvado Robin- dije sonriente con un guiño, a lo que esta solo río, tenía una risa tan dulce y una sonrisa hermosa
-Jaja, mi nombre es Shiryoku- dijo un poco sonrojada al notar que era la única niña 
-¡Enano!- dijo Yukkan burlón para luego golpearme el hombro, en efecto Shiryoku es más alta que yo
-Ja Ja, muy gracioso- dije sarcástico, aunque la verdad no me molestan las ofensas
Pasamos toda la tarde contándole a Shiryoku sobre nosotros para que nos conociera, pero en un momento se despistó y empezó a seguir su propio camino para después...
-El pelirrojo me resulta intimidante- dijo una voz misteriosa
- No te preocupes Yube son buenas personas- dijo Shiryoku a lo cual Yukkan se quedó sin entender
-Y que me dices del pelinegro, es como si nos escuchara, eso da miedo- dijo esa voz que a mi parecer era de una niña, era grave, supongo que es como si fuera mayor a nosotros
-¿Quién es Yube?- preguntó Yukkan
-Así o más directo Yukkan- dije sarcástico, a veces Yukkan olvidaba lo que era el "respeto o sentido común"
-Oh, em... Nadie- dijo está fingiendo
-Claro, ahora soy nadie- dijo Yube
-Entonces quién es esa voz...- me quedé callado ya que me di cuenta de que me había echado de cabeza *Argh que tonto soy porqué lo dije se supone nadie lo debe saber*
-Acaso puedes escucharla- dijo Shiryoku haciendo que me pusiera nervioso
-Ehh... Nop... Bueno es que... Emm..-no pude terminar no sé si confiárselos, creo que son buenas personas, pero no quiero perderlos sólo porque no lo dije o porque sea muy raro
-Enserio y porque no lo dijiste antes- dijo Yukkan dándome una fuerte palmada en la espalda
-Ves te dije que me escuchaba- dijo Yube -ahora te toca confesar lo tuyo, no les tengas miedo son buenas personas ¿no?-
-Bueno, yo... Suelo ver... Cosas que... Emm argh ¿estoy segura de que puedo confiar en ustedes?- dijo Shiryoku se veía verdaderamente dudosa
-Pff, claro, o qué quieres que construyamos una máquina del tiempo- dijo Yukkan en tono burlón
-Gracias chicos, ya está anocheciendo me tengo que ir- nos dio un abrazo y se fue corriendo hacia su casa en donde se encontraba parado un rubio
-Vamos Shiryoku ya casi es la hora de la cena- dijo este rubio se parecía mucho a ella pero ¿sería su hermano?
-Allá voy Thomas, adiós- nos gritó de nuevo

Holos, chic@s espero que lo hayan disfrutado, plis si les gustó no olviden dejar su estrellita o comentar me ayuda un montón, no olviden que esto es solo soporte de la historia de BlueWhiteRaven
El club del misterio

Chao, chao grax 😘

El intelecto con oídos de Mozart- El club del misterio (Robin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora