El día completo del Flashback 1/2

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Aviso!
Este capítulo contiene escenas de violencia(? Y si no las quieren ver sáltense hasta después de los puntos suspensivos, no me hago responsable de que se pierdan de algunos diálogos.
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Desperté muy desganado hoy mis hermanos están dormidos, no podré alejarlos de él tan simple, tengo que hallar alguna manera de poder hacerlo, alejarlos de ellos, extraño la antigua forma de ser de mi mamá, era tan buena y dulce, que le hizo papá, no entiendo, golpeé la pared no aguanto estás ganas de no haber nacido, unas lágrimas chorrearon por mis mejillas, me senté en la esquina de mi cuarto, creo que hoy no podré ir con Yukkan, me siento mal por no avisarle, pero no me puede ver así, mi padre abrió la puerta y me jaló del brazo, bajamos las escaleras, tengo muy mala espina. Entramos a el cuarto de servicio, él me estampó contra la pared, yo solo fruncí el ceño.
-¿Que quieres?- dije con la voz entrecortada por mi reciente llanto
-No se te ocurra retarme- dijo él parándose enfrente de mi, trague saliva, tengo miedo pero voy a ocultarlo
-¡Qué le has hecho a mamá!- dije gritando, una lágrima corrió por mi mejilla, pero esta era ácida, llena de odio y... temor
-Así que ya te vas a volver niño rudo- dijo agarrándome del cuello -te vas a enterar de cosas de las que te arrepentirás- dijo con una risa y soltándome del cuello
-¿Para qué te sirve molestarme?- dije cerio ocultando mi temor
-Tengo que divertirme después de haber arruinado mi propia vida- dijo a lo que yo solo pude quedarme congelado- ninguno de ustedes tres estaba planeado, te ganaste el amor de esa mujer y me gusta verla triste- completó a secas
-Los voy a proteger de que no sepan quién eres en realidad, los cuidaré de ti para que no se te ocurra influenciarlos- dije molesto. Mi padre me agarro fuertemente del brazo
-Inténtalo protégelos págales la vida- dijo estrellándome contra la pared, una lágrima cayó por mi mejilla ese golpe me dolió- y prefiero un hijo muerto a tonto o débil, hazte fuerte, hazlos fuertes e inteligentes, si puedes- me dijo apretándome cada vez más.
-Esta bien- dije, no se notó pero tenía mucho miedo. Me soltó, agarró un cuchillo que estaba en uno de los estantes -no... No por favor no lo hagas- dije para terminar llorando porque me pasa esto.
Levantó el cuchillo y lo pasó por un lado de mi brazo con brusquedad, estaba acorralado, no podía huir. Lanzó el cuchillo al aire, me dio un golpe en la cara haciendo que se cayeran mis gafas, me agarro de la camiseta y aventó contra el suelo.
-No seas débil y defiéndete- dijo pisando mi pecho, sofocándome. Agarre su pie y lo jalé, el se cayó, corrí hacia la puerta al llegar a ella la intenté abrir, estaba serrada
-¡Ayuda!- grité con esperanzas de que alguien me abriera, escuché a mi madre llorando al otro lado de la puerta, un fuerte golpe en mi espalda, que rayos fue eso.
-Me sorprendiste vas a crecer y cuando lo hagas nos vas a sacar de esta basura de pueblo- traía en su mano una cuerda muy gruesa, intenté cubrirme del siguiente latigazo, no pude me alcanzó a golpear el hombro.
-¡Basta! Por favor no lo hagas- dije en llanto
-¡Tonto! Eres demasiado débil, no sirves de nada, no puedes hacer nada, no sabes hacer nada- esas palabras me atravesaron
-¡Déjanos tranquilos!- dije para ver si había compasión dentro de ese corazón de piedra, cometí un grave error, él simplemente agarró una gran piedra y me la lanzó, intenté esquivarla, atrapó mi pierna, no podía moverme de ahí, llorar era lo único que podía hacer. Él ni se inmutó por mi llanto, aprovechó que yo no me podía mover para lanzarme una segunda piedra que esta vez me dio en la cabeza dejándome inconsciente.

...

No tengo idea de cuántas horas han pasado desde esa discusión, pero un dolor inmenso nubló mis pensamientos
-Auch- dije entre dientes, no quiero que él vuelva, intenté quitar la piedra de ahí -¡Argh!- eso dolió mucho pero ya logré quitar esa cosa de mi pierna. Busque mis lentes por el suelo, el lugar estaba demasiado oscuro, no podía pararme y... Voltee hacia atrás dejando ver el rastro de sangre por el suelo, me asusté mucho, preferí agarrarme de los estantes y salir lo antes posible.
Subí las escaleras como pude agarré a mis hermanos y salí de casa no estaban seguros allí, pasamos por todo el pueblo en busca de ayuda para mi y para ellos, ya estaba oscureciendo, ¿tanto tiempo pasó?
-Señor necesito que...- dije pero mis esperanzas se apagaban cada vez más rápido, caminamos un largo rato, hasta que...
-¡¿Pero qué les pasó?!- preguntó una voz dulce que provenía de una chica de pelo a la cintura ondulado castaño con rayitas de diversos colores, ojos grandes de un tono rojizo claro, piel de color merengue, muy delgada, parecía amable.
-Señorita, necesito ayuda- dije, al fin alguien me hizo caso
-Claro- dijo agarrando a mis hermanos- ven acompáñame, ¿qué tan lejos crees que puedas llegar?- dijo al darse cuenta de que tenía herida la pierna
-No lo sé, vamos a intentar llegar a algún lugar dónde me puedan ayudar- dije con una leve sonrisa para ocultar el dolor
-Ven sé a dónde debemos ir- dijo ella, cargo a mi hermano y se lo puso en la espalda, a mi hermana la tenía en su brazo derecho y a mi me agarró de la mano con su otra mano, parecía que tenía mucha práctica.
-Mira esa es una enfermería, déjame acompañarte- dijo para así llevarme a la entrada, me dejó sentado afuera y buscó una enfermera
Estaba atento escuchando la charla digo si tengo poderes y nadie lo sabe ¿porqué no usarlos?
-Señorita, el paciente esta afuera sentado esperando a que lo atiendan, no podría apurarse- le dijo la amable señorita a la enfermera
-Y, entonces, ¿qué dice que le pasó?- dijo la enfermera desinteresada
-Es un niño, de no más de 7 años, con golpes en el cuerpo, y si no es atendido ahora podría empeorar- dijo firme la primera
-Lléveme con él- dijo fría
Escuche los pasos que se acercaban, abrieron las puertas de ahí salió la señorita acompañada por la enfermera
-Acompáñame- dijo a secas la enfermera quien no tenía un aspecto amigable
-El no puede- dijo la señorita defendiéndome, me cargó y llevó dentro. La enfermera le indicó una camilla y la señorita delicadamente me acostó en ella, no me había percatado pero la acabo de manchar de sangre, estoy tan confundido, ¿cómo se quiere quedar conmigo?, no me conoce, la enfermera se fue a buscar al doctor
-Gracias- le susurré tengo un nudo en la garganta, me siento mal, no se si es por mi o mi madre
-No hay de qué, me llamo Elizabeth, Elizabeth Washington, te tengo una pregunta ¿Quiénes son tus padres?- dijo cambiando su cara a una de preocupación, yo solo no puedo con esto
-Emm...- estaba nervioso, no quiero que nadie se meta en mi vida para ayudarme, es mi problema
-No, lo siento, demasiado arriesgado, emm...¿Qué te pasó?- dijo la señorita Washington para desviar el tema
-Am, pues yo..., creo que me caí- dije solo voy a lograrlo a base de mentiras- y me golpeé la cabeza- dije tembloroso
-A mi me suena a mentira- dijo en un tono cantadito, provocó que saliera una risa de mi parte
-Esta bien, fue..., fue...- dije antes de que una lágrima corriera por mi mejilla- mi padre- dije para después quebrarme totalmente en llanto, mi papá tiene razón soy demasiado débil
-Ay no, cómo lo siento no quería, lo siento- dijo dándome un abrazo, me retorcí del dolor que me provocó, más lágrimas
-Auch, lamento que te tengas que desgastar por mi, no merezco todo este cariño- dije con la voz entrecortada por el llanto que para mí mala suerte aumentó
-Claro que lo mereces, eres un niño muy amable y fuerte- esas palabras me gustaron nunca nadie me las había dedicado, pero mi gusto duró muy poco se me empezó a nublar la vista, los dolores aumentaron, mi voz desapareció, no me podía mover, mi respiración se volvió más cortada, mis latidos se aceleraron, me mareé y caí en un creo que transe, solo podía escuchar el alrededor
-¡Ayuda! Por favor alguien- empezó a gritar entre llantos la señorita Washington, le intentaba hablar pero no podía articular ninguna palabra
-Ya llegue- dijo una voz masculina intentando calmarla, sentí como ponía el estetoscopio en mí pecho
-¿Está bien?-dijo, escuché preocupación en aquellas palabras, me partió el alma, una lágrima corrió por mí mejilla, podía moverme mínimamente
-Espere, creo que si nos escucha, amiguito me oyes- dijo el doctor, hice mi mayor esfuerzo para hablar, al notar que no pude intenté mover mis dedos, si, lo logré un movimiento, espero que se percaten
-Creo que si nos escucha- dijo alegre Elizabeth, intenté hablar esta vez logré decir un murmullo
-Muy bien, eres muy especial, te lo han dicho- dijo el doctor- se que eres fuerte- sonreí nunca me habían dicho todo eso, no podía abrir los ojos pero sabía perfectamente dónde estaban, mi respiración se calmó
-Gra...- intentaba hablar quería agradéceles, no pude decir más pero creo que eso es suficiente
-No es nada, no te preocupes- dijo el doctor abriendo una bolsita- vas a sentir un piquete- dijo poniendo la jeringa en mi brazo, me sacó creo que una muestra de sangre- ahora vuelvo- dijo y escuché como se iba
-Me aseguraré de que no empeore, doctor- dijo la señorita Washington, al parecer hay gente que me considera importante, me sorprende, empecé a tomar conciencia de cada herida y pensar cómo me la hice, era lo único que podía hacer, no puedo hablar, no puedo ver, solo puedo pensar y escuchar, tengo miedo a dormir y no poder despertar.
-Luego me gustaría saber cómo te llamas- dijo quitando el pelo que tenía en la frente
-Ro...- intenté decirlo quiero hablar con ella estar así me partía el corazón- Robin -lo logre se lo pude decir
-Así que te llamas Robin, me gusta tu nombre- dijo dándome ánimos, me pregunto cómo puede haber gente tan buena y tan mala, me agarro de la mano- solo quiero checar algo puedes apretarla- lo intenté de verdad pero mis esfuerzos eran en vano- vamos sé que puedes, inténtalo una vez más- dijo, yo me concentré y la intenté apretar con mis pocas fuerzas, creo que logre apretar un poco, mi concentración fue interrumpida por el llanto de mis hermanos
-Don...~ don...~ de es...- no puedo creer que no logro hablar odio esto, me aceleré me intentaba mover, tengo que saber si están bien o donde están, sentí las manos de la señorita Washington en mi pecho impidiendo que me moviera
-No te preocupes ellos están bien, cálmate, le voy a pedir a mi hija que se los lleve a casa y los cuide ¿está bien?- dijo, por el acelere no podía hablar ni moverme, así que llegue a la conclusión de que eso dependía de mis latidos y pensamientos, así que debía calmarme, pero tengo miedo de quedar dormido y no poder despertarme
-El doctor me dijo que viniera a revisar al paciente, que había empeorado- dijo una enfermera
-Claro- dijo Elizabeth retirando las manos de mi pecho -Robin mejora pero luego empieza a empeorar y quedar más mal que antes- dijo con tristeza en sus palabras
-Ya veo- dijo la enfermera- amiguito, ¿cuántos dedos vez?- no podía ver absolutamente nada, mis intentos por moverme eran en vano y no podía articular palabras, esto me desespera, no podía hacer nada.-No hay respuesta, pero sigue respirando-.
-Robin, por favor contesta- dijo la señorita Washington con la voz entrecortada, estaba llorando, desearía poder pararme y abrazarla, lágrimas corrieron por mis mejillas
-No...~te sientas mal..- dije intentando levantarme
-¡Robin!- gritó y me abrazo lo más fuerte qué pudo- no me asustes -me dijo al oído haciendo que lágrimas cayeran en mi hombro, por un segundo me dolió, pero luego intenté corresponder el abrazo, ella sintió que moví el brazo y ella hizo que este rodeara su espalda, me sentí tan feliz nunca me había llegado un abrazo tan cálido
...

11 de Agosto/2016

Holo chic@s este capítulo fue hecho un poco triste pero se va a resolver, espero que les haya gustado no olviden dejar una estrellita que me ayuda mucho o un comentario nos vemos hasta el próximo capítulo

Chao chao ^^

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2016 ⏰

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El intelecto con oídos de Mozart- El club del misterio (Robin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora