La Mentira

390 2 0
                                    

(Esta historia se me ocurrió cuando leí los acotencimientios de Edward Snowden, el contratista del NSA que segun los periódicos proveyó información sensitiva a los Rusos. También leí que está en Rusia, escondido en un lugar que nadie sabe. Esto me hizo pensar, que sucedería . . .  y de aquí provino mi historia. Espero que el no llegue al final trágico del personaje en mi historia. Notarán que el hombre de Edward Snowden fue cambiado a Edmond Nodden.)

——————————————–      La Mentira ————————————————-

A una distancia de vente o treinta pies se observa una fachada monótona, de un edificio de concreto en un barrio remoto. Se distinguen tres habitaciones, dos con puertas cerradas y la del medio abierta en donde un hombre a espaldas, se mueve.

A diez pies de distancia , se observa con claridad las puertas cerradas de los cuartos con pintura blanca descascarada. Arriba del marco de la puerta abierta, un reloj oval. La aguja del horario apunta a las 7 y la de los minutos a la media hora.

Dentro, a la derecha , escape de agua sale de la base del inodoro. El piso es de linóleo sucio y cuarteado. Se huele el agua estancada que hiede a estiércol acumulado.

El asiento quebrado de inodoro hace pareja con la tapa de cerámica rajada del tanque en donde hay un  periódico doblado por la mitad. Es el periódico local de Novibirsk. El titular lee: Porcentaje de suicidio por cada 100,000 personas en Rusia, 34.3 por ciento. Año 2013.

El hombre abre la puerta del botiquín oxidada que chirrea.

Sus espaldas son masivas, como las de un estibador de muelles. El traje, diseñado por sastre de lujo, es color agua-marina. Tiene pelo corto, color sal y pimienta, erizado, y su cuello parece bloque de cemento.

Dentro del botiquín dos medicinas, etiquetadas en Ruso, антидепрессант (antidepresivo) y equivalentes al Paxil y la Zypresa.  Cada píldora de 80 mg pueden calmar a un elefante.  Hacia lo alto y a la derecha del botiquín una ventana sin cristal.

En forma calmada y lenta deposita el hombre los frascos de medicina en el bolsillo izuierdo del saco.  Le falta el dedo pequeño de la mano izquierda. Con la mano derecha y celular en el oído, habla.

- Llegamos anoche de Yamantau. (Pausa)

- Lo tengo más muerto que vivo. (Pausa)

- Está claro, que sigo órdenes. Vete al carajo -

Cuelga y cierra el botiquín. Se escucha  en alta voz , sonidos del radio que prendieron en el cuarto próximo. Se oye tambien, el sonido, de puerta que se abre y pisadas que crujen el terraplen entre los cuartos. Las pisada paran y  algo o alguien se arrastra.

Aparecen a la puerta del baño, dos hombres más, uno rubio menos corpulento que el primero pero fuerte también. Está bien vestido sujetando a un flaco con espejuelos que no se puede parar por su cuenta. Este está vestido en jeans y camiseta blanca. El rubio con una mano lo sujeta por el antebrazo.

A través de la pared la voz de Vladimir Putin en la radio -  Los traidores, viven vidas peligrosas y tarde o temprano terminan en cometer suicidio o en volverse en adictos a drogas.- Ambos hombres asimilan el ruido del radio sin prestarle más atención.

Ambos depositan al hombre en la  bañadera, con cuidado para que no se golpee la cabeza.

El flaco ni se queja o sabe lo que pasa. El de cuerpo de estibador sonríe con los dientes  – Te aseguro que piensa ahora en chocolates y en los sueños de su niñez-

Una veta de sol rebota en la hoja del cuchillo que el rubio acaba de empuñar en la mano. La mano tiembla con un pequeño tremor. El otro lo observa.

-Dámelo acá y espérame afuera.  - Le arrebató el cuchillo.

- No puedes hacer siempre lo que te da la gana- dijo el rubio

- Bah, es otro americano traidor que se quería ser Ruso.  – Y tu, vete a la mierda ,  Nikolai, eres un cobarde. . . añadió con gesto despectivo.

Las tres puertas permanecen cerradas. Las agujas del reloj  indican las 8:00.

El radio todavía andando, toca  ahora el preludio de Bach Suite número 1 en chelo.

Táriroriroriro . . . , Táriroriroriro . . .  Táriroriroriro . . .

Diás más tarde, afuera del edifico en la distancia queda un tanque de basura verde con tapa media abierta. Hay una nube negra de insectos que vuelan arriba del artefacto de metal.

Camiones con ruidosos motores  se aproximan a lenta velocidad .

El periódico de Novibirsk reporta el descubrimiento de uno de los camioneros que pasaba por el area cuando descubrió una mano de hombre sin dedo meñique que sobresalía del tanque de basura. Dentro del tanque gusanos y ratas habían desfigurado ya partes del cuerpo y la cara. Era el cuerpo de Sergey Sokolov, militar Ruso, al que encontraron con un balazo en el medio de la frente.

Su cuerpo fue identificado por documentos descubiertos y la falta del meñique de la mano izquierda. Se sospecha que el asesinato fue causado por el Americano expatriado, Edmond Nodden, adicto a drogas. La escena de suicidio ocurrió en al baño del edificio cercano al tanque de basura. Las autoridades rusas encontraron  junto con el cuerpo de Nodden,  en la bañadera, el revover vacío y cuchillo con el que se suicidó.

Expertos rusos forénsicos aseguran que un adicto lleno de cocaina, puede acquirir tal fuerza sobrehumana capaz de levantar  a personas  que sobrepasan a su propio peso. Declaran que fueron las drogas que asistieron a Nodden a cargar y tirar  a Sokolov, hombre masiso, dentro del  tanque de basura, después de asesinarlo.

Autor: Monserrat

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 23, 2013 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora