Capítulo 6.

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Capítulo 6.

LAUREN POV.

Me desperté, y lo vi, todo estaba en calma, era sábado.

Los cojines que ayer puso Camila como barrera entre nosotras dos estaban ahora en el suelo, y ella estaba bien abrazada a mi brazo. Sonreí lentamente, me levante y despacio cerré la cortina, seguía viendo y situando los muebles de la habitación, pero era agradable tener menos luz.

Volví con cuidado y me tumbé sobre el colchó, ella se revolvió, soltó una especie de gruñido y me agarró con fuerza. Volví a sonreír.

Miré su cara, era la primera vez que la veía realmente sin maquillar y lucía como una puta obra de arte, me gustaba con o sin él, su piel transpiraba a la perfección y parecía que sus mejillas pálidas me invitaban a coger un lápiz y comenzar a crear mi propio lienzo.

Sus labios estaban entre abiertos, como la última vez que la vi dormir, su pelo se extendía a lo largo de la almohada sin preocupación alguna y sus párpados me dejaban paso a ver miles de finas venas moradas, ahora, descansando.

Muy despacio llevé mi pulgar a su ceja derecha y peiné ese pequeño espacio de bello, ni se inmutó.

Era la primera vez que Camila me abrazaba, inconscientemente sí, pero un abrazo al fin y al cabo.

-Hola Camila- susurré tan bajo que dudé de si podía escucharme a mí misma -Sé que no hemos empezado con buen pie- se veía como si estuviese hablando con una pared, porque no hacía ni el menor gesto - Pero sé que podremos seguir caminando aunque sea con el pie izquierdo, porque yo estoy dispuesta a caminar aunque sea con el pie adolorido, si en el camino mientras, me hablas y me cuentas todo lo que llevas dentro, estoy tan intrigada por saberlo - negué despacio y coloqué un dedo debajo de su nariz para ver si seguía respirando con regularidad, al notar una ráfaga de aire caliente sonreí y quité mi termómetro improvisado, así lo llama mamá - Leo a veces me habla de ti, pero yo quiero que seas tú la que me cuentes sobre ti, no quiero escuchar a Leo... pero me siento tan sola aquí con todo nuevo, y la gente nueva... que creo que me escondo un poco tras él, para... no acabar hablando sola o echando de menos a mi familia, ellos están muy lejos de aquí. Si quiera han llamado una vez- negué en señal de aplomo - No me quieren, por mucho que aparenten que sí de cara a la luz... mi padre sólo quiere que haga lo que él diga y mi madre mientras él me manda cosas se sirve una copa y no hace ni caso, se han ido Camila, y algo dentro de mí me dice que no van a volver, que preferirían estar pagando un millón de dólares al mes que tenerme de vuelta- mordí mi labio - Pero eso tal vez no te interese a ti, ¿no? - hice una pregunta a la nada, y le miré a la cara, tan impoluto como siempre, ahora en el séptimo sueño, muy lejos de dónde estaban saliendo mis palabras - Bueno, supongo que no, que no te interesa, tú tampoco has sido realmente buena conmigo, tranquila, no hace falta que te disculpes, estoy acostumbrada, sólo que... tú de verdad eres lo más bonito que he visto en mi vida- llevé mi mano despacio y acaricié su mejilla - Es agradable poder tocarte la piel, estás muy suave- sonreí débilmente - La primera vez que te vi, moviendo la pasta de un lugar a otro- el gato de Camila subió a la cama y se tumbó a nuestros pies, en busca de calor - Y por supuesto dando mimos a ese gato- añadí - Estabas espectacular, estabas... eras... yo... me entiendes, ¿verdad?- me enrojecí - Vaya gilipollez, estoy hablando con una muerta- casi me echo a reír - Ojalá tuviese el valor y tú las ganas de escucharme decirte todo esto- cogí aire y noté como se estiraba, me giré rápido, y me hice la dormida. Un segundo, un segundo más, y hubiese escuchado todo.

CAMILA POV.

Me incorporé cansada, ¿qué hora sería? Lauren estaba a mi lado, nuestra pequeña muralla se había derruido. Me acerqué despacio a mirarla, seguía dormida, chasqueé la lengua, coloqué bien la manta para que no tuviese frío y cogí a mi gato, que estaba haciendo el vago en la esquina de mi cama - Hola precioso- le saludé en voz baja para tocarle la cabeza- ¿Hoy será un gran día, verdad? Dormirás, comerás, tal vez camines de aquí a la cocina cuando estén haciendo la cena para ver si cae algo y puedes comértelo, y luego volverás a dormir por horas y horas- me reí en voz baja mientras él no me hacía ni caso y sólo disfrutaba mis mimos con los ojos cerrados. No era muy sociable, es decir, es un gato, pero tenía sus momentos de mimos, y este era uno de ellos. -¿Vamos a desayunar? - le miré y sus bigotes de alzaron para luego bajarse, como si de verdad me hubiese sonreído.

La novia de mi primo (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora