He tenido sexo con una cantidad de hombres que ni siquiera te imaginas, es más, ya hasta perdí la cuenta...
Después de tu adiós, pensé que probando otros sabores te encontraría a ti, y no, no fue así.
Llegué al punto en que me sentía sola, vacía y sin el ímpetu de vivir, pues esos hombres un poco después de la media noche sin decir nada se iban, sin embargo, otros buscaban en mi el amor, sí, ese que tú rechazaste, y que yo no estaba dispuesta a darle a alguien que no fueras tú.
Me convertí en un ser frío ante los demás, pero de pronto me quebraba cuando te recordaba. Por un tiempo seguí mi rutina: trabajo, whisky, sexo, un baño y soledad; pasaron los días y me aburrí de mi absurda rutina, y sorpresivamente volviste al poco tiempo, ¡que sorpresa me llevé! me pediste otra oportunidad y me di cuenta que, si ya te habías ido una vez, podrás hacerlo muchas otras más, así que, no decidí correr el riesgo, y preferí decirte adiós...
