La ola que inundó mi vida.

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TRAILER DE LA PELÍCULA: https://www.youtube.com/watch?v=dcnu1lOLHvI&feature=youtu.be

Tras un horrible traqueteo, el avión aterrizó. Me aterrorizaban los aviones, ¿Cómo podían volar si pesaban tanto? Además, son enormes y llevan muchísima gente en ellos. Tenía muy claro que aquella sería la primera y última vez que iría a algún sitio en avión.
Cogí rápido la maleta y salí casi corriendo de aquel enorme y horrible pájaro. Reí al ver que la gente me miraba raro y bajé el ritmo de mis pasos. Ya estaba a salvo. 

Me dirigí hacia facturación y encontré mi maleta, debajo de una que era enorme, haría tres cuartos de mí. Quienes las recogieron parecían turistas...

Yo no iba a ser turista. Para nada.

Mis padres me habían enviado a Australia para que potenciara mi inglés, y como sabían que me encantan el sol, la playa y el mar me mandaron aquí. Tenía un año, y si me gustaba podía quedarme unos pocos más.

Lo que más miedo me daba era el piso compartido; estaría con otra chica que venía de fuera y que tenía el mismo plan que yo. Tal y como había entendido, se llamaba Alice, y era de Francia. Tenía 16 años, igual que yo. Sabía poco más... tenía un hermano que era un año más grande que ella. Hablando por Skype habíamos aprendido pocas cosas la una de la otra… pero parecía una chica bastante parecida a mí, normalita.

-¡Taxi! – grité. Enseguida se paró uno y le di mi dirección.

***

-Gracias – el taxista se fue después de haberme ayudado a bajar mi maleta. Miré hacia arriba, lo que sería mi bloque de pisos durante una temporada.

En el ascensor, envié un mensaje a mis padres “He llegado bien, estoy en el piso”.

El corazón me iba bastante de prisa, Alice ya estaba en el piso desde hacía un par de días, así que me recibiría ella.

Piqué a la puerta.

Una chica alta, rubia y de ojos azules estaba enfrente de mí en la puerta, mirándome con una gran sonrisa.

-¡Hola! – me dijo; al instante me pegó su entusiasmo.

-Hola – sonreí – soy Anna.

Ella me hizo un gesto para entrar. El piso era bastante grande, la verdad. Tenía un baño, una cocina, tres dormitorios y el comedor. Era muy acogedor, además estaba ordenado y muy bien decorado.

-Está bastante bien – me dijo, con un inglés muy francés. Sonreí al imaginar que mi inglés sería muy español, y que estábamos ahí para que no fuera así.

-¡Sí! No me lo imaginaba así.

-No he querido escoger habitación, pero tenía que dormir en una estas noches así que me puse en esta – abrió la puerta de una de las habitaciones que daba a la calle. Tenía una ventana que iluminaba gran parte del sitio, una cama en la banda contraria de la ventana y un armario bastante grande. Decidí escoger la otra, ya que no quería causarle molestias.

Mi habitación era bastante parecida a la de Alice, sin embargo parecía un poco más grande. Tenía una mesita de noche y una estantería llena de libros.

 -Cuando llegué ya estaban aquí – me informó Alice.

Cuando ella me dejó sola, empecé a organizarlo todo. Abrí el armario, que olía a cerrado, y lo limpié un poco con unos productos que me había dejado Alice en la puerta. Poco a poco fui dejándolo todo… era raro. Muy raro.

Al acabar, miré por la ventana; coches pasaban rápido por la ancha calle. Grupos de gente hablaban y reían por ahí. Grupos de gente de mi edad.

Grupos de gente que no pensaba que iba a conocer.

La ola que inundó mi vida {Cody Simpson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora