1990

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Corea del Sur - Busán

- ¿Y entonces ellos murieron juntos ? - Preguntó el pelinegro mirando a su amigo que a su vez tenía la vista clavada en el horizonte que se alzaba frente a él.

- El libro no lo dice pero supongo que sí...nadie sobrevive a una bomba

- Nunca me cansaré de escuchar la leyenda de la alianza, lástima que nadie sepa el nombre de ambos camaradas...

El menor se calló al notar que ahora el rostro de Yoongi se había girado hacia él.

- A mí parecer eran más que amigos....ambos soldados tenían una conexión más fuerte que cualquier arma: la del corazón - sentenció alzando con ligereza la taza de té que se encontraba a su lado. Jimin estuvo a punto de decir algo cuando el sonido de una voz conocida le sacó de su acción.

- ¡Jiminnie!,hora de irnos....oh hola Yoongi- hyung ¿cómo se encuentra?

Peor que ayer,  mejor que mañana - respondió en un tono divertido

- Namjoonie-hyung ¿de verdad ya debemos irnos?

-¿Te haz olvidado,Jimin?... Tenemos una reserva hoy es nuestro aniversario

El castaño sintió el calor del té infundarse en su estómago mientras observaba las facciones del chico que conversaba con su novio.

~Sin ánimos - pensó al ver rostro sin ninguna emoción- ¿estás seguro que lo quieres?~

- Está bien...iré en unos minutos

- Te esperaré en el carro, no tardes....adiós hyung - se despidió el moreno para luego desaparecer de sus vistas

Tras que se quedarán de nuevo solos el ambiente se tornó silencioso, el pelinegro bebió el último trago de su jugo y se levantó del pasto dónde antes descansaba.

- ¿Una cita?

El aludido solo asintió sacudiendo su pantalón de las hojas que se habían pegado, Yoongi desvió la mirada y volvió a sostener el libro que había dejado de lado por la conversación.

- Debo irme hyung...

- ¿Jimin?

El muchacho se quedó callado en espera de las palabras de su amigo mientras el corazón del castaño golpeaba azorado contra su pecho. Sintió la necesidad de decir lo que sentía, pero igual como la brisa trajó la valentía, se la llevó.

- Nada....ve con cuidado

- Esperame mañana Yoongi, quiero seguir escuchando tus historias - dijo con una sonrisa que ruborizó al nombrado - Me gusta pasar tiempo contigo espero que a ti igual hyung

- Mocoso encantador, apurate te harás tarde yo de todas formas estaré aquí mañana y seguiremos con las historias

Para ellos no habría un mañana, aunque Yoongi tentaba a la muerte cada día, esa noche Jimin no volvería a su casa por el descuido de un chófer ebrio.

El menor sonrió una última vez para luego dirigirse a la entrada del patio y desaparecer por ella sin permitirse ver para atrás.

- Todos tenemos alguien que nos pertenece y a la cual pertenecemos, en una constante espiral que dura una eternidad. Sólo que algunas veces el destino nos retrasa porque la envidia a ese amor lo ataca. - leyó en voz baja la última frase de esa página sintiendose conmovido por las letras.

Y es que en esta vida él había conocido a Jimin de una manera muy cruel, en los pasillos de un hospital donde Yoongi estaba confinado por diversas afecciones.
Los dos juntos ebullian un sin fin de emociones pero el castaño no tenía la fuerza de atar al menor a alguien que no sabía si mañana despertaria.

De todas maneras Yoongi trataba cada día de hacer algo bueno para que el karma le diera la oportunidad, si volvía a nacer, de no vivir  con un corazón roto y de tener de nuevo un reencuentro con su alma gemela: Park Jimin

Reencuentros ~ YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora