Anécdota 8

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Un día a la hora del recreo una amiga y yo estábamos desayunando. Yo comencé a amarrarme el pelo y ella se dio cuenta de que tenia unos puntos rojizos considerablemente grandes en el cuello.

"Eernaaa M, #?¡&@ te dejó esos chupetones, vrrdad? Eh eh??."

Yo supongo que me sonrojé feo como toda una uke tsundere pasiva de las praderas, por que le iba a dar una epilepsia de la risa que le estaba dando. Casi mato a la pobrecita, le grité "¡CALLIESE!" y casi le meto un reverendo zape en toda la frente pero lo esquivó.

Extra:
La piel se me irrita fácilmente con el calor.

《Pan crap; B L O G》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora