Capítulo 1

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Zak...

Caminaba por los pasillos de mi escuela calmado, siempre he sido ignorado, nadie me habla y si llega alguien nuevo todos se aseguran de que nadie se me acerque. Me sorprende y me da un poco de gracia que los demás estudiantes, a los que les llamo compañeros, piensen que no se lo que dicen de mí.

Me miran y se voltean con el chico o chica nuevo, susurran algo como "no tiene familia", "es un monstruo", o mi favorita "es un ser de otro mundo y no entiende nuestro idioma". Me hacen sentir que estoy en una de esas películas donde el chico termina con la chica hermosa pero con demasiado bajo autoestima. Así que en cierto punto de vista, me ven como el protagonista de una de esas películas ridículas que tanto les fascinan.

- Buen día, Zak -. Me saludó una chica rubia de ojos claros.

La miré un segundo y sin decir una palabra me acomodé mi mochila y me volteé dejándola sola.

Me dirigí a mi casillero y lo abrí, busqué los libros de la materia que me tocaba, en eso se escucharon un par de puertas abrirse. De pronto en el pasillo principal aparecieron caminando, Jany Darren, una chica popular pero con tan poca inteligencia que daba pena agena, Lou y Lasie Garreth, las gemelas con una actitud que te hacian decir palabras que tu madre no te quisiera escuchar decir. Y por último, realeza, Avrin North, una chica de ojos cafés, cabellos castaños, labios rosados, y una sonrisa que hacia que todos la adoraran.

Claro, todos excepto yo.

Yo conozco a Avrin desde que estamos en preescolar. Pero estoy más que seguro que no me recuerda. Tiene poca inteligencia y suele ser muy rara y tonta.

- Hola, Zak -. Saludó mi hermano sacandome de mis pensamientos.

- Ey, hola Lars -. Le contesté.

- Avrin es tan hermosa -. Sonrió.

- Es una plástica -. Confirmé.

De pronto como si hubieramos invocado al grupo del mal las cuatro diablas se acercan a nosotros con Avrin como líder.

Avrin...

- Chicas, hay que entregar las invitaciones para la fiesta en casa de Jany -. Mencioné.

- Sigo sin saber por qué no lo hacemos en tu casa, Av, digo, eres la más popular de las cuatro -. Me dijo Lou.

- Es que mi mamá va a tener una junta con unas personas de su trabajo en casa -. Dije sintiendo una gota de sudor bajar por mi espalda.

- Bien, entreguemos las invitaciones -. Dijo Lasie.

Caminamos las cuatro entregando las invitaciones por el pasillo principal, luego identifiqué a un chico con el que ya había hablado antes. Se llama Larsson, deberia de estar dos años más abajo que mi generación pero es un genio y lo adelantaron hasta estar en mi grado.

- Chicas, sigan ahorita vengo -. Dije y me empezaron a seguir. - Voy sola -. Confirmé y me dejaron de seguir.

Me acerqué a Larsson y se encontraba con un chico alto de cabello hasta donde termina su cuello ondulado y castaño, ojos grandes, y una mirada que me hipnotizó por unos segundos.

- Hola, Larsson -. Saludé.

- Hola, Avrin-. Me sonrió. Se quedo sonriendo unos segundos y me sonreí. - Este es mi hermano, Zak-. Me presentó al chico al lado de él.

- Mucho gusto, Zak -. Sonreí.

- Si no fueras tan tonta, recordarías que vamos en las mismas clases-. Me respondió su hermano con una voz rasposa y dulce a la vez. Me quede en shock, no solo por su adictiva voz, si no por el hecho de que me hablara de esa manera.

Después de decir eso se fue sin decir más dejándonos a Larsson y a mí solos. Sentí que mi ritmo cardiaco se aceleró y mi respiración se agitó. Le entregué la invitación a Larsson y luego tome un poco de aire.

- Lars, pensaba si podrías ayudarme con unos apuntes de matemáticas que no logro entender-. Le pedí.

- Si, no te preocupes, te veo en la biblioteca-. Me sonrió.

- De hecho no estaré libre hasta después de la escuela, pensaba si podría ir a tu casa-. Dije con un poco de nervios.

- Claro, a las seis, hasta luego, te mando la dirección por mensaje-Dijo y sin más se retiró.

- A las seis...-. Susurré.

Caminé hacia el campo de fútbol americano aún con el ritmo cardiaco algo acelerado y me sente en las gradas. Saqué mi celular para checar a qué hora era mi próxima clase, todavía tenía una hora, era mi hora libre.

Vi como mi novio Cameron se acercaba hacia mí con una sonrisa y con todo el cuerpo lleno de sudor por el entrenamiento.

- Te ves del asco-. Reí.

- Tú no te ves tan perfecta tampoco-. Bromeó.

- Que bueno que lo dices, terminamos-. Sonreí.

- Al fin y al cabo tengo muchas pretendientes-. Dijo con arrogancia.

- Ay de mí.

- Tonta-. Me abrasó.

- Tonto.

- Te amo.

- Yo más-. Lo besé y de pronto la voz del hermano de Larsson sonó en mi cabeza causando que algo en mi estómago se revolviera.

Me separé de pronto y corrí al baño, ignoré los gritos de Cameron y seguí corriendo.

Una vez dentro del baño me encerré en un cubículo, y no podía dejar de pensar en el hermano de Larsson. Con tan solo pensar en su voz mis ritmo cardiaco se aceleraba.

— ¿Av?— Escuché a Cameron.

Salí del cubículo y me asomé viendo a mi novio sentado en los lavamanos del baño.

— Cameron, ¿qué haces aquí?—Le pregunté en shock.

—Bebé, saliste corriendo sin razón alguna—Dijo claramente confundido.

— Mi vejiga iba a explotar— Mentí, y me sentí mal de inmediato pero Cameron es muy celoso y no le contaría.

— Te hubieras echo pipí—Bromeó y me reí muy fuerte.

De pronto una profesora sale de un cubículo y nos mira a los dos acomodandose sus lentes. Me hubiera dado miedo si no hubiese un trozo de papel de baño saliendo por su falda.

Un grito calladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora