Acomodo la maleta en la cama y comienzo a meter toda la ropa que había comprado ese día. Ahora que lo pienso, ¿Cuando vestiré de chico? Según mi hermano, sus amigos van a querer pasar tiempo con nosotros, conociéndonos y tal. Joder ¡Que puto miedo! No puedo imaginarme lo que haré, tampoco el cómo lo trataré enfrente de sus amigos. ¡Era terrible!
Llevo las manos hasta la pequeña cómoda donde guardo mi rastrillo y la crema de afeitar; tenía que quedar como una princesa (xd). Mis ojos se abren y los ruedo al no verme acordado de lo principal, lo que toda chica utiliza en fiestas y/o siempre. Maquillaje. Aprieto los puños y cierro la maleta de golpe. Agarró otra pequeña maleta donde meto los zapatos nuevos que he comprado, entre ellos; tacones y bambas. No me apetecía traer tacos tan altos todo el día, así que compré unos botines con tacón en puente. Eso serviría al equilibrio.
Vestidos, no muchos. Sólo llevaba uno en color verde. También me asegure de comprar una short faja, para poder ocultar mi pene (;v), para que no hubieran peligros y todo estuviera controlado. No sé como haría para que todo fuera a la perfección. Las extensiones también estaban listas, tuve que decir que haría una actuación representando a un escritor como Shakespeare, ósea con cabello largo. Así que la chica consiguió extensiones del color de mi cabello, sería más fácil que una peluca.
Lo peor de todo, no era eso. Según Rodrigo, algunos de sus amigos nos esperarían en el aeropuerto e imaginen quien tendría que vestirse de mujer en el baño del aeropuerto... Sí, yo.
No sé qué era más ridículo; el vestir como chica, o el fingir ser la novia del perdedor de mi hermano.
Me reí en silencio ante el pensamiento, era ridículo hasta para mi subconsciente.
-Rubén, me acabo de acordar de que no compramos maquillaje, idiota-me giré al escuchar su murmullo desde la puerta. Cruzó los brazos y alzó una ceja al verme todavía en pijama-. Nos vamos en dos horas, te recuerdo.
Suelto un suspiro haciendo que el mechón de cabello castaño sobre mi frente, se levantará hacia arriba. -Perdón, estaba arreglando mis cosas, y sobre el maquillaje, se lo robare a mamá en cuanto se vayan. Con eso de que no podrán estar en el aeropuerto para despedirse, mejora las cosas-digo mirándolo con bochorno. El sonríe y asiente abandonado la habitación.
Sostengo el bolso que llevaré en mi brazo con la ropa que usaré al bajar del avión. Suelto un suspiro aún más alto y doloroso cayendo de frente a la cama. Escucho unos suaves toques en mi puerta. Enseguida cierro la maleta y me siento sobre esta, arreglo mi cabello, escondiendo las extensiones bajo la almohada.
-¿Rubén? Vine a despedirme-mamá abre la puerta y me sonríe-, quiero que cuides de tu hermano y por favor, no os metáis en ningún lío. ¿Vale? -asiento y beso su mejilla. Da media vuelta pero se detiene, su nariz se mueve y se gira rápidamente
-. ¿Por qué huele a perfume de mujer? -me abofeteo mentalmente. A quien se le ocurre echar perfume al aire para ver a que huele... ¡Siendo un hombre!-Lo siento mamá, es un perfume que encontré cuando saque la ropa, quería ver a que olía-realmente había sido un detalle -cómo toda la ropa- que me había hecho Rodrigo al pasar por la tienda "Victoria's secrets".
-¡Huele delicioso!-dice con una sonrisa-, ¿Por qué no me lo das? Ya qué no es tuyo y obviamente tu no usas que...
-¡Mamá! -Rodrigo aparece detrás suya, interrumpiendo sus palabras-, papá te está buscando-ella asintió y salió rápidamente por la puerta. Suspire en alivio tomando el perfume y metiéndole en su caja, para luego meterlo a mi bolso maletero.