Estuvieron hablando más de dos horas del tema y cuando salió de la habitación con un vestido de tirantes blanco hasta los tobillos fue hasta el salón donde Dan estaba sentado en el sofá bebiendo lo que parecía un whisky. Miró a través de las cristaleras para ver que su padre y los demás conversaban en voz baja como si estuvieran en un funeral. Clide que estaba de pie la vio en el salón y apretó los labios antes de desviar la mirada. Volvió a mirar a su marido y se acercó a él.
Dan levantó la mirada del vaso y se tensó — Nena, lo que dije...
Sonrió con tristeza y se sentó a su lado— Esto no va a funcionar.
—Claro que sí, tenemos que amoldarnos como dijiste y seré más comprensivo con lo que haces. — intentó cogerla de la mano, pero ella la apartó.
— ¿Anne?
—Y no va a funcionar porque nunca me querrás como soy. Nunca entenderás lo que hago y nunca me apoyarás.
— ¡Yo también podría decirte que me apoyes a mí!
—Y te apoyo. Entiendo cómo eres y lo que nunca aceptarás. —le miró a los ojos reflejando su tristeza— Por eso quiero el divorcio.
Dan palideció —Un momento. Estás siendo algo dramática, ¿no crees? Es una discusión tonta.
—No, Dan. Yo te quiero, pero no podría vivir con alguien que juzga todo lo que hago.
— ¡Así que todo el mundo puede juzgarte, pero yo que soy tu marido no!
—No. — susurró sintiendo que se moría por dentro— Tu tendrías que estar de mi lado.
— ¡Así que me quieres, pero me dejas! — se levantó furioso— ¿Qué esperabas? ¡Sabías lo que pensaba! ¡Te lo he dicho desde que con dieciocho años hiciste ese puto reportaje!
Se miraron a los ojos— ¿Qué esperabas tú? ¿Qué lo dejara todo por ti?
— ¡Sí! — gritó fuera de sí— ¡Si me quisieras, lo harías!
—Y si me quisieras tú a mí no me pedirías eso. — se levantó del sofá— Está claro que nunca nos pondremos de acuerdo. Mi padre se pondrá en contacto contigo en Nueva York para que firmes los papeles.
Se volvió porque no quería ver todo lo que sus ojos le mostraban.Furia, dolor y desesperación. Como si realmente sintiera que le abandonara. La vio ir hasta Lori, que asintió hablando por el móvil. Julianne con tristeza miró a su padre— Lo siento, papá. — le besó en la mejilla —Pero está claro que esto no tiene futuro.
—Y yo siento que una tontería mía, te haya metido en algo tan doloroso.
Le abrazó con fuerza y le susurró al oído —Te llamaré. Te quiero.
—Yo también te quiero. Eres mi vida.
Se volvió y vio a Lori subiendo la escalerilla que llevaba al puente superior. Se acercó a Clide y le abrazó —Me ha alegrado verte. Cuida de mi amiga, se queda contigo.
—Más me vale, si quiero seguir intacto. — dijo haciéndola reír.
El sonido del helicóptero acercándose tensó a Dan— ¿Te vas?
Claude y Mindy subieron las escaleras con sus bártulos a toda prisa y Julianne se volvió— Tengo que irme. Es lo mejor.
— ¿Lo mejor? ¡Será lo mejor para ti! — gritó fuera de sí.
—No quiero discutirlo más. —cogió el pasamanos de la escalera y empezó a subir los escalones—Adiós, Dan.
Atónito la vio subir las escaleras. Cuando se subió al helicóptero y cerraron la puerta le vio en la cubierta inferior de espaldas a ella con las manos en los bolsillos del pantalón totalmente tenso.
ESTÁS LEYENDO
Te avergüenzas de mí - Sophie Saint Rose
RomanceHistoria de Sophie Saint Rose Julianne es considerada por todos una niña rica que se dedica a vivir de la buena vida que le proporciona su padre. Pero que Dan Feldman opine eso de ella, cuando la conoce desde hace años, es algo que la fastidia m...