Capítulo 12

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Mi pesadilla, mi Obligación.

Narra Zafiro.

Pasó una semana desde que Carlos y yo tuvimos esa especie de cita. Desde ese día pasamos mucho tiempo juntos. Salimos a caminar, vamos a mi lugar especial, hablamos durante horas de una infinidad de cosas.

Cada día entiendo más el porque me siento atraída hacia él.

Ahora mismo estamos caminando por el pueblo, es la primera vez que salimos juntos a este lugar.

Siempre me ha gustado venir aquí, la gente se ve tan feliz, hay siempre un clima excelente.

-Como que hay mucha felicidad en el aire ¿No?

-Sí, esto es Auradon aquí nunca falta la alegría.

-No puede ser siempre felicidad.

No sé porque Carlos cambio de actitud, antes de esos comentarios estaba muy feliz de venir, ¿Que sucedió?

Lo ignore y lo llevé hasta la cafetería. La cafetería pertenece a una señora que estuvo muy presente en la historia de mis padres, digamos que la vivió de cerca. Nunca indague mucho en el tema.

Nos sentamos en una de las mesas del fondo.

Alguien tocó mi hombro.

Y no puedo creerlo. Sin pensarlo me largo a sus brazos.

-Isaac, o Merlín santo, ¿Qué haces aquí?

Dije mientras seguía en sus brazos.

-Y no sé, tal vez sea el negocio de mi familia.

No quería soltarlo, al parecer el tampoco. Lo extrañé tanto.

-Te extrañé tanto.

-Yo te extrañé más, Isaac. Mucho más.

Un carraspeo hace que nos separemos. Lo olvidé por un segundo.

-Casi lo olvido, Isaac el es Carlos de Vill. Carlos él es Isaac Jordan.

Estrecharon sus manos, pero noté algo en el ambiente, una tensión. Y malas miradas.

Isaac está aquí, no puedo cree- Esperen un segundo si Isaac está aquí, eso quiere decir que él también esta aquí. Mi pesadilla está aquí, está de vuelta.

-¿Volvió contigo?

Isaac me miró con cara de disculpa para después asentir.

Se vienen momentos difíciles para mí.

>>¿Dónde esta ahora?

Isaac mira su reloj.

-Viniendo para acá.

Mis facciones se pintan de preocupación.

-Carlos ¿Te gustaría tomar un helado?

Le pregunté mientras me giraba para mirarlo. La cara de Carlos era de pura confusión.

-Está... ¿Bien?

-Okey, Isaac ya debemos irnos. Fue un gusto verte. Estamos en contacto.

-Zafiro, nos vemos mañana.

-Si, claro, claro.

Sin esperar un segundo más tomé a Carlos y lo llevé a la otra punta del pueblo. A la heladería Heladero Encantado, si así se llamaba. Entramos y ahí esta Norbert, el heladero.

-Zafiro, cuanto tiempo ¿Quién es tu amigo?

-El es Carlos de

-Carlos, soy solo Carlos.

-Muy bien solo Carlos ¿Qué se les ofrece?

Miré a Carlos que estaba muy concentrado viendo la pared que contiene los gustos de helado.

[...]

Carlos acaba de dejarme en la entrada de mi calle, ya que tuvo que irse por una llamada urgente de Evie, esta última semana pasé un poco de tiempo con los amigos de Carlos, no son para nada malos.

Hoy la tarde no fue mala, fuimos a la tienda de mascotas y Carlos pasó un poco de tiempo con los cachorros, todavía le queda un poco de miedo.

Cuando pude ver mi casa me sorprendió mucho ver un auto estacionado afuera. ¿De quién será?

Cuando me detuve para poder abrir la puerta, escuche voces y luego unas risas.

Al entrar dejé mis cosas en la mesita de la entrada.

Cuando me asomo a la sala de estar no puedo creerlo.

Ahí está la Familia Lawrence. Es decir que mi pesadilla esta en mi casa.

-Zafiro, Cariño, que gusto verte.

Me mordí la lengua para no decirle que el gusto es todo de ella.

Les regalé una sonrisa de lo más forzada. Recorrí la sala para saber si estaban todos. Primero me choqué con los ojos de Artur, luego con los de la pequeña Sam, los de Leonor y por último los de él. Los de mi obligación. Estaba ahí sentado en el sofá mirándome con una sonrisa maliciosa.

Oliver Lawrence.

Mi peor pesadilla.

[...]

Logré huir de la sala diciendo que necesitaba una ducha. Ojalá esta fuera eterna, sólo para no tener que soportar a la familia de Oliver y a la mía.

Aunque ya es momento de bajar.

Cuando estaba en los últimos escalones de la escalera escuché que mi madre los invitaba a comer. Que no acepten por favor.

-Lo siento, Blanca Nieves, pero no podemos quedarnos. Será para la próxima.

Escuché la voz grave y profunda de Artur.

Tuve que contener un gran grito de alegría, y empecé a hacer una danza de la victoria silenciosa, sacudiendo mis brazos en el aire.

-Que feo que no quieras pasar tiempo conmigo, Algodón de azúcar.

Esa voz detrás de mi me alarmó.

-No me digas Algodón de azúcar, Oliver.

Se acercó a mi con una sonrisa, esa sonrisa encantadora que cautiva a tantas muchachas.

-Vamos, Cariño, tendrás que acostumbrarte a pasar tiempo conmigo. O tengo que recordarte tus obligaciones conmigo. Sabes que tendremos que convivir demasiado juntos, como pareja.

Dijo mientras posaba su mano en mi brazo izquierdo, esta en contacto con mi piel.

-No me toques. - Dije con los dientes apretados, mientras de un manotazo lo alejé de mi.

-ZAFIRO. ¿Qué son esos modales?

Maldición, mi madre.

-Oliver, ya nos vamos, cariño.

Dijo su madre mirándome juiciosamente. Mi madre me mandó una mirada de advertencia. Sé muy bien que hará si no hago lo que quiero.

-Fue un gran placer verlos de nuevo Señores Lawrence. - Dije mientras hacía una reverencia.

Ellos salieron con grandes sonrisas por mi "amabilidad". El último en salir fue Oliver, que se detuvo para saludarme mas fraternalmente.

Me besó en la mejilla para poder susurrar en mi oído.

-Nos vemos mañana, lindura.

Tuve que contener todas mis ganas de golpearlo fuertemente en el rostro. Fingí una sonrisa. Salió por la puerta que mi madre cerró. Lentamente se volteó a mí.

Preparada para lo que sigue.

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Aquí esta el capítulo que prometí ayer.

El multimedia esta Oliver Lawrence. Van a odiarlo demasiado.

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Las amo.

Gloria Muñoz.

¿Y qué? Descendientes. [Carlos De Vill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora