Pensé que era normal, que sería como cualquier persona en el mundo. Me graduaría, iría a la Universidad, conseguiría trabajo, conocería al chico de mis sueños y tendríamos una linda familia...
Lo sé, bastante cliché y aburrido si me lo preguntan aho...
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Rusia, 1999
¡SILENCIO! -los murmullos que se oían alrededor de la sala se callaron de repente-. Muy bien señores, estamos aquí reunidos por una situación muy importante que algunos ya están al tanto -el presidente del Consejo vampírico, Nikolay Ivanov, habló-. Las brujas más poderosas del mundo han predicado el nacimiento de una niña, la cual tendrá el objetivo de acabar con los vampiros.
Los murmullos en la sala se reanudaron, pero esta vez con más intensidad que antes.
-¡SEÑORES PRESTEN ATENCIÓN! -Nikolay gritó-. Esta niña nacerá éste año, pero sólo a partir de los dieciocho desarrollará sus poderes.
-¡Hay que matarla! -gritó alguien del público.
-Concuerdo con eso -asintió Nicolay-. Pero el problema es que puede estar en cualquier parte del mundo -prosiguió Nikolay-. Por eso he decidido organizar una caza.
La sala estalló en aplausos y gritos.
-El que la encuentre y me la traiga viva, le daré lo que más anhela, sin excepción -dijo Nikolay-. Pero la quiero viva, no muerta, y hagan bien en recordarlo -terminó diciendo con una voz tenebrosa.
La sala fue quedando vacía mientras los cientos de vampiros ahí congregados salían, quedando solamente los pertenecientes al consejo vampírico.
-¿Crees que la encuentren antes de que ella cumpla los dieciocho? -preguntó Lucian Crawford, vicepresidente del Consejo vampírico.
-Esperemos que si -contestó Alicia Ferrer, miembro del Consejo-. Si no, esa chiquilla nos matará a todos.
-¡ya basta! -ordenó Nikolay-. La encontraremos. Somos miles de vampiros contra una insignificante criatura -siguió Nikolay-. Esto es todo por hoy señores y señoras, pueden retirarse.
Los doce miembros del Consejo vampírico fueron saliendo uno a uno, mientras tanto Nikolay se sentaba en el gran trono ubicado de forma estratégica en la sala.
-Te encontraré y te mataré -murmuró Nikolay, una vez que todos los miembros del Consejo salieron-. Así sea lo último que haga.
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