C.6.- El Puente.

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-¿De verdad es buena idea venir, Lovino? Q-Quizá los demonios queden impactados con la presencia del asombroso yo y huyan... -mirando a su alrededor, Gilbert suspiró al darse cuenta de que no había nadie en ese pequeño rincón del Cielo. Sacó, resignado, su collar y lo entrelazó con el de Lovino, apareciendo en un lugar lúgubre. Una vez que Lovino Vargas se proponía a hacer algo, no había vuelta atrás.

-Mejor cierra la boca, por los cielos. Tampoco es como si nos fuéramos a encontrar con demonios que no conocemos... -suspiró suavemente, desviando su mirada para observar lo que era comunmente llamado "El Puente", lugar al que pocas veces había tenido la oportunidad de bajar. Por estas fechas no iba nadie, a excepción de algunos Demonios aburridos que soñaban con alcanzar la superficie e ir a jugar en el mundo de los humanos, o molestar a los ángeles, jugar con las almas perdidas...

Y bueno, ellos dos.

Lovino había ahogado su orgullo e ido a pedir ayuda al Arcángel Ludwig. Le tenía un poco de recelo por ser tan cercano a su hermano menor, y solía exagerarlo cuando hablaba con él. El abuelo Rómulo había intercedido por su pequeño varias veces en las reuniones, diciendo que no podían sacar a nadie del cielo por su personalidad, y que él sería útil en ciertos momentos a pesar de su ala herida y su miedo a volar. Ludwig, por su parte, no sentía nada en contra del mellizo de su pareja, y cuando vio la molestia en sus ojos por no poder hacer nada en favor de Arthur, suspiró y desapareció en dirección al Puente, donde habló con unos demonios conocidos, exigiéndoles su ayuda. ¿Cómo había hecho el Arcángel para volver tan pronto con una respuesta positiva? ¿Les habría amenazado, quizá, con su magia? ¿Sería que Ludwig les hubiera hecho un favor con anterioridad y esa sería una manera de pagárselo?

Gilbert no tenía idea de lo que había hecho su hermano. Solamente, cuando se encontraron unos días después del asunto con Arthur en el Museo, le pidió que no dejara solo a Lovino por ningún motivo, y que hiciera todo lo que él quería hacer.

¿Qué diablos le había pasado a West?, se preguntaba, mientras buscaba a Lovino y era informado del plan que tenían que cumplir. ¿Por qué debía de bajar él también al Puente?

Se sonrojó cuando admitió para sí que Lovi le había escogido a él por sobre Feliciano, y cuando le dedicó una mirada cariñosa y le dio un beso en la frente, fue rechazado con una mirada de odio.

Como le encantaba eso de Lovino.

Le dio la mano a la fuerza, entrelazando los dedos de ambos excusándose entre tartamudeos que el Puente era peligroso, que desde las sombras podría aparecer algún ser con intención de hacerle daño...

-Ah, Lovino. -y, como si hubiera sido invocado con el pensamiento del albino, desde la oscuridad se oyeron unos pasos y una voz que ninguno de los dos quería volver a oír jamás. Tenía una sonrisa en la cara, demostrando alegría sincera por verlos, y su acompañante (alto, rubio y escalofriante) le hacía parecer más amenazador aún, a pesar de que andaba con las manos afuera de los bolsillos y expresaba tranquilidad en su rostro.- Tanto tiempo sin verte... ¿Me recuerdas?

-Antonio. –Gilbert se adelantó, tratando de esconder detrás de sí a Lovino, apretando un poco más su man sintiendo los recuerdos, sintiendo el miedo del otro...- ¿Qué haces acá?

-¿Es que no lo sabes? –una leve risa salió de sus labios.- Ludwig fue el que me mandó a llamar, y traigo a mi amigo Ivan para la compañía. Sadiq está ocupado... creo que tenía ganas de ver a Yekaterina. –elevó los hombros, girando el rostro.- ¿Lovi-Love? ¿Qué te sucede? Pensé que habíamos superado todo eso....

-¿Lo superaste tú? –fue la suave respuesta del pelicastaño, apoyando su cabeza contra la espalda del albino, dándose valor.

-Claro. Siglos atrás.

[APH AU] La manera de Volver. {FrUk} [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora