Capítulo 3

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Miranda miró su móvil y vio que tenía una llamada perdida. Seguidamente se levantó, se puso bien su vestido y nos avisó de que iría a llamar al número. Deseé que no se fuera, ya que no quería quedarme a solas con Louis. Le dije a Miranda que me iba pero me dijo que me quedara.

Entonces ella se fue y yo me quedé apoyada en la puerta con la mochila colgada de un hombro. Evité todas las miradas que Louis me pudiera hacer. Sólo observé cómo había cambiado la habitación de Miranda desde la última vez que estuve. Louis hizo lo mismo, seguramente estaba igual o más incómodo que yo. Miranda no volvía, así que entré en la habitación y me senté en una silla que había. Fue al cabo de diez segundos que Louis me habló.

-          Oye, si quieres puedes…

-          ¿Salís juntos? –le interrumpí.

-          ¿Quiénes?

-          Tú y Miranda.

-          Bueno, salimos juntos a veces, vamos al bar… No hay mucho tiempo pero cuando podemos.

-          Imbécil. –le dije- me refería a si sois novios. Si quieres te lo repito: n-o-v-i-o-s.

Le deletreé novios y él sólo sonrió.

-          Si es esto a lo que te refieres, entonces sí.

-          Ah. –mostré indiferencia hacia lo que él me había dicho.

-          No te emociones. ¿Acaso te importa mucho? Es nuestra vida.

-          Yo sólo he preguntado, te tranquilizas un poco, por favor.

-          ¿No será que te gusto? –preguntó con una sonrisa perfecta. Yo sólo puse cara de asco y negué con la cabeza.

-          Esto en tus sueños, Louis.

-          Eres una borde. Yo sólo quiero ser una persona normal en tu clase, me tratas como si fuera un bebé.

-          Y yo no tengo la culpa de que tu imbecilidad no tenga límite. De verdad, no sé qué ha visto Miranda en ti. Eres arrogante.

-          Quizás mi belleza. –se estiró en la cama, mirando el techo de color blanco.

-          Quizás.

-          Pedro tenía una hermana perfecta. –dijo de repente.

Se notaba que Louis estaba enamorado de Miranda. Lo vi en su sonrisa. Sus ojos azules brillaban y con fuerza. Cerró sus ojos, esperando que yo respondiera, pero no lo hice, mas le observé.

Dos minutos después llegó Miranda llorando. Abrió la puerta y se abalanzó sobre Louis, quien la abrazó y derramó un par de lágrimas, aunque aún no sabía el motivo por el cual su novia lloraba. Fue entonces cuando me di cuenta cuánto la amaba. Cuando ella se calmó, nos lo contó todo.

-          Bueno, pues, ¿sabéis la llamada perdida que tenía? Pues era del hombre que dirige la discoteca donde Pedro murió. –no pudo terminar la frase sin dejar de llorar, pero continuó, y Louis y yo estábamos cada vez más tristes. –Me ha contado que ha encontrado una carta escrita a mano y con la firma de Pedro, que indica que se suicidó. Lo de la droga sólo fue una estrategia para que mi madre y mi padre no supieran nada de esto, por esto no puedo decir nada. Pero quiero descubrirlo todo.

-          Vamos a la policía. –dijo Louis.

-          No puedo, papá y mamá lo sabrán. Es mejor hacerlo por nuestra cuenta.

-          ¿Nuestra? –pregunté.

-          Por favor, necesito que me ayudéis. Louis, eres mi novio y eras su mejor amigo, te necesito. Cel, eres una chica genial y eras la chica perfecta para Pedro. A Pedro le gustabas, y mucho.

-          ¿Qué yo le gustaba a Pedro?

Y entonces mi mundo se derrumbó.

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