Parte sin título 3

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Abre los ojos por fin, está empapada en sudor pero despierta al menos, ha tenido una pesadilla rarísima pero tan real que parecía que estuviera pasando en ese mismo instante. Iba en la parte trasera de un coche, a su lado un pequeño de apenas un año muy similar al niño de ojos verdes y habla graciosa, en el asiento del conductor, una chica de melena larga y castaña con la mirada fija en la carretera. Es un día bonito y soleado, verano seguramente, todo es tranquilo, en la radio suena Something stupid de Robbie Williams y Nicole Kidman, hasta que la chica que conduce se vuelve al asiento trasero dejando ver unos ojos grandes y dulces pero con cierto atisbo de tristeza y cansancio, pregunta si todo va bien y Alysa siente como asiente con la cabeza. Cuando la chica devuelve la vista a la carretera es demasiado tarde y un coche se abalanza sobre ellos como aparecido de la nada, Alysa apenas puede ahogar un grito antes de que el coche choque contra ellos y todo se torne de color negro, la última visión antes de la catástrofe es la mirada de aquella chica, dulce pero como si un dolor enorme le pesara por dentro. ¿Es capaz el subsconciente de imaginar con total detalle a alguien que no ha visto nunca?

Necesita despejarse, este tema no puede ocupar más sus pensamientos, se convence de que solo ha sido una pesadilla, no tiene porque darle más vueltas, sólo un sueño, muy real pero un sueño, nada mas. Se decide a salir hoy, brilla el sol en el cielo de París y debe aprovechar este buen tiempo y las pocas horas libres antes de irse a trabajar en la jornada de tarde. Hoy pasa de metro, pasa de transporte público, su único medio de transporte hoy serán sus propios pies, el caminar sintiendo como el sol acaricia su piel.

Le encantan esos momentos en los que vaga sin rumbo fijo, simplemente adonde sus pies la lleven, momentos donde anda sin saber cual será su destino final.

De repente una vocecilla chillona y un tanto conocida grita:

- Mida Madta, e Campanilla.

Alza la vista y alcanza a ver al pequeño Fran de la mano de una alta y despampanante morena, con el cabello algo rizado y unos marcados pero bonitos rasgos latinos. El pequeño sonríe feliz dejando ver una mella en sus dientes mientras señala a Alysa y trata de arrastrar a la joven hacia ella.

- Perdona, debe de haberte confundido con alguien, Fran cariño ¿Cómo va a ser esta chica Campanilla?

- Yo no toy quivocao -se enfurruña él- Dicelo tú, dile que ere Campanilla y que ere miga de tito Ale.

La cara de la joven cambia al escuchar el nombre de Alex y se torna en un rostro algo enfadado.

- Lo siento mucho de veras, no pretendía molestarte, solo es un niño y no sabe lo que dice, vamos Fran, no molestes más a esta chica, tendrá cosas que hacer.

- No, déjelo, no es molestia, este pequeño y yo ya nos conocemos de antes, ¿verdad Fran?.

El niño esboza una sonrisa de satisfacción orgulloso.

- Campanilla, ¿poque no tas con Pite Pan? ¿Y de que conoce a mi tito Ale?

- Peter Pan está en el país de nunca jamás, cuidando de los niños perdidos y del resto de criaturas que alli viven, y no solo conozco a tu tito, si no a ti, a Marta y a todas las personas buenas de este mundo que creen en la magia de las hadas.

- Bueno chica, no sé de donde has salido pero no eres quien para meterle fantasías en la cabeza al niño, adiós.

Dice Marta de mal humor mientras arrastra al niño con ella en dirección contraria a Alysa.

-Aio Campanilla, ciempre creede en las hadas.

-Adiós pequeño, recuerda, la segunda estrella a la derecha...

- Todo decto hata el amaneced- Grita el niño por lo que se lleva una reprimenda de Marta que intenta regañarle por hablar con desconocidos mientras este trata de convencerla de que Campanilla no es una desconocida, que ya la conoce y que es un hada muy simpática para que ella le hable asi de feo, como él dice.

Alysa se queda parada en la calle, viendo como ambos se alejan pero con la mente en otra parte, ese niño tan dulce y tan alegre, que contagia su alegría a los que le rodean, un pedacito de felicidad que ha puesto una nota de color a su día, y ella tan altiva y prepotente... Esa debe de ser la tal Marta que llamó a Alex con voz histérica el día que se conocieron, y vaya cara que ha puesto al enterarse de que ella conocía a Alex, cada vez está más convencida de que esa chica es la novia de Alex, aunque por otra parte le sorprende que él pueda estar con alguien así, con tan mal genio y tan celosa, pero bueno, no es quien para juzgar a nadie, y menos aún a gente que acaba de conocer. Pero sobre todo, hay algo que no puede quitarse de la cabeza, y es la similitud entre el pequeño Fran y el niño de su sueño.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2016 ⏰

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