6. Enfermos Sexuales.
EVAN
Saque de mis pensamientos, me dispuse a comer y a mirarla, sin duda ella no era igual que las otras, cualquier otra chica estuviera comiendo tímidamente o tal vez algo saludable, pero ella no era tímida, me doy cuenta por que come como si no hubiera un mañana, una leve risita se escapó de mis labios y ella lo noto mirándome a los ojos.
-¿Que es tan gracioso?- Dijo limpiando sus dedos con la servilleta.
-Nada, dame eso.- Tomé la servilleta y limpié una pequeña mancha que tenía cerca de sus malditamente sexis labios.- Te limpiaría de otra forma pero terminaría con mis bolas echas añicos.
-Que bueno que ya sabes lo que te puede pasar si intentas pasarte.
-Me gusta tu forma de comer.- Reí al decirlo.
-Si me gustaras no comería de esa forma.
-¡Auch! Eso duele justo aquí.- Señalé mi corazón con mi dedo.
Ella rió y terminó su comida, yo también hice lo mismo, ya eran las dos de la tarde y tenía que regresar al maldito hospital.
-¿Nos vamos?- Pregunté esperando un sí como respuesta.
-Claro, pero primero pasaré por el tocador.- Dijo mientras se levantaba de la mesa.
Era el momento perfecto para actuar, espero unos segundos para seguirla, abrí sigilosamente un poco la puerta, ella estaba enjuagando sus manos en le lavabo, si que era sexy, me dispuse a mirar se trasero. Diablos. Como me gustaría follarmela, algunas gotas frías de agua me despertaron de mis sucios pensamientos.
-Eres un enfermo.- Dijo mientras cruzaba los brazos algo enojada.
-No es mi culpa que tengas un hermoso trasero.
-Tampoco es mi culpa que me desees tanto y que sólo tengas pensamientos sucios con mi trasero.
-Oye, también te he cachado mirando con deseo mi pene ya puesto que no pensabas en unicornios.
-Eres un idiota.- Dijo saliendo del baño.
Pagué rápido y salí tras ella.
-¿Ya te vas?- Pregunté sujetando su mano.
-Y que pretendes, que me quede a esperar a que nazca mi tercer hijo?- Dijo con sarcasmo.
-Si quieres te ayudo a buscar el cuarto- Alcé una ceja.
-¡¿Que quieres que?!- Soltó mi mano.
-¿No me das un beso de despedida?- Puse cara de perrito triste.
-No.- Se dió vuelta para marcharse.
No le dí tiempo para que saliera y la voltee hacia mi, agarre su cintura y la besé, era un beso salvaje, ella abrió sus ojos como platos, pero mi felicidad no duro mucho, se separó de mí y me dió un puñetazo, podría jurar que eso dejará una marca.
-¡Auch! Golpeas como hombre, nena.
-Y tu besas como marica, idiota, la próxima ves que me beses te dejaré....
Interrumpí su insulto con otro beso, este era suave, bajé mi mano hacia su trasero y lo apreté contra mi mano muy fuerte, sé que terminaré muy golpeado por esto, pero no me importa, ella trataba de escapar, diablos, tiene mucha fuerza para ser una chica, pero la tenía atrapada, por más fuerza que tuviera no podría escapar de mi, poco a poco le dio paso a mi lengua empezando una guerra entre estas, empezó a morder mi labio inferior.
- Diablos, eres una..- Respire profundo- Mira como me haz dejado el labio.
-Te advertí marica que no vuelvas a intentar pasarte.-
Estaba furiosa, sacó sus llaves y se montó en su BMVW, traté de detenerla, tenía que pedirle disculpas, si quería seguir teniendo una supuesta *amistad* con ella; ni siquiera tengo su número, tendré que ir a su trabajo esta noche.
LEAH
Diablos, diablos. Besa excitante mente rico, mojé mis bragas con ese beso que diablos, quería seguirle el juego pero no soy ninguna regalada.
Llegué a casa y no había nadie, decidí tomar un baño y dormir un rato, tendría que trabajar toda la noche y no quiero tener unas espantosas ojeras.
Estaba acostada en mi cama cuando escuché sonar el timbre, que diablos, quien sería, la tía Helen tiene sus llaves así que dudo que sea ella; bajé las escaleras y me sorprendí al ver quien era.
- ¿Qué haces aquí, como conseguiste mi dirección?
-¿Me dejas pasar?- Preguntó con un tono suave
-Claro que no Evan, lárgate.- Intenté cerrar la puerta pero su peso me ganó.
Entró rápido y cerró la puerta, veía el fuego en sus ojos, me tomó de la cintura y me levantó, dando un pequeño salto enrolle mis piernas alrededor de su cintura sintiendo su bulto extremadamente duro, estoy muy caliente, mierda, no podré resistirme.
-Te deseo tanto rubia, quiero follarte como no tienes idea.
Me tiró al sofá y arrancó mi ropa tan rápido como pudo y yo hize lo mismo con la suya, besaba cada centímetro de mi piel, mientras apretaba mi senos, sin darme cuenta tenía mi ceno derecho en su boca. ¡Dios! Un gemido escapó de mis labios.
-Ahh- Gemí
Besó mi ombligo recorriendo la curva de mi cintura, sus labios rozaban el elástico de la mis bragas.
-Quítalas- Dije muy excitada
Obedeciendo me las quitó con sus dientes, arderé en llamas del infierno por zorra pero esto lo vale. ¡Dios!
Paso dos dedos por mis labios resbalándose por la humedad de ahí abajo, con su dedo hacía círculos en mi clítoris.
-¡Maldición!- Gemí
-¿Te gusta nena?
-Si, si no pares.- Rogué
Besó mis labios sin parar, dió un lametazo que hizo que una corriente recorriera todo mi cuerpo, introdujo otra vez sus dedos embarrandosé de mis jugos, los sacó chupando uno por uno.
-Mmm...sabes riquisima nena, me encantas.
Siguió con el delicioso sexo oral, esto era el cielo.
-Aaahhh- Gemidos tras gemidos
-Quiero que te corras en mi boca nena.
Entró un dedo y era un vaiven delicioso, los entraba y los sacaba muy rápidos,metió dos dedos mas, mierda, el esperado orgasmo se aproximaba.
-Ahh me corro.- Dije gritando.
Volvió a jugar con su lengua en mi vagina y el esperado orgasmo llegó, tuve dos orgasmos, uno tras otro, sin duda esto recompensa todos los años sin sexo.
-Diablos, sabes delicioso nena-
-Leah, Leah. Despierta, tienes que alistarte para ir a trabajar o llegaras tarde.
Que diablos, era un maldito sueño, pero como? Fue tan real aquel orgasmo.
MIerda, mierda y mas mierda.
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MUCHO SEXO
RandomAcaso una chef profesional y un reconocido doctor no pueden estar juntos? La vida tendrá compasión de ellos? Podrán estar juntos?