»¡Hola, ¿cómo están?! Espero que bien...
»Lo que les quiero contar hoy es algo realmente triste (ay ajá...) ya que ahora todos creen que soy peligrosa con un arma.
»Fui invitada, junto a Ren, a un juego de gotcha. Nos explicaron que podíamos y que no podíamos hacer, cómo usar las armas y nos dieron el equipo necesario.
»Éramos dos equipos... uno de tres (el mío) y otro de cuatro (de mis demás amigos). Ren estaba conmigo.
»Para todo esto, nos explicaron que si la pistola comenzaba a hacer un ruido semejante al de una metralleta, que jalaramos una palanca que traía la pistola cerca del seguro para poder disparar. Se supone que sólo hacía ese ruido cuando se quedaba sin aire.
»Ni siquiera habíamos entrado al campo cuando mi pistola comenzó a hacer ese ruido y yo, por miedo, le di la pistola al encargado y abracé a Ren. Ajá, me regañaron porque creyeron que no había seguido las indicaciones... pero, ¿qué wea tenían que ver las indicaciones?
»"Calmaron" a la pistola y entramos a jugar. Durante todo el juego no sonó de esa manera, por lo que supuse ya estaba bien. Al final del juego, ganamos porque al otro equipo se le acabaron las balas y nunca nos dieron... aunque nosotros tampoco a ellos.
»Cuando ya todo estaba tranquilo, Ren y yo comenzamos a hablar y le dije algo relacionado al pequeño incidente que había ocurrido antes de empezar y como por arte de brujería (la magia está sobrevalorada) la pistola comenzó a hacer el mismo ruido haciendo que todos se espantaran... otra vez.
»Definitivamente la vida me odia, pero igual fue divertido ya que ahora lo veo como algo que contar, aquí por ejemplo.
»¡Bye!
