Shot At Night - One Shot

¿Cantas?

-Si te dedicas a jugar póker en Las Vegas tendrás mejor suerte que como futbolista -reí mientras mi amigo me hacía una mueca.

-Pero no disfrutaría de esa sensación de ganar otro mundial -sonrió y beso la frente de su novia.

-Entonces, ¿Real Madrid, cierto? -nos preguntó Nora y asentimos.

-¡El mejor club del mundo! -grité y ella rió.

La abracé y la acerqué a mi cuerpo.

-Vamos a un karaoke -les sugerí.

-Yo conozco uno muy lindo -nos dijo Nora.

-Me encanta la idea, ¿qué dices, amor? -los ojos de Ary brillaban mientras veían a Toni.

-Que está perfecto -contestó mi amigo.

-Entonces, ¿por dónde queda? -pregunté.

-A unos diez minutos -respondió Nora.

Nos subimos al coche e íbamos cantando las canciones que pasaban en la radio. Entramos a un pequeño local de paredes moradas y mesas altas, con un pequeño escenario en el centro.

-¿Quién quiere ser el siguiente? -preguntó el dueño. Nora levantó la mano y con la otra tomó la mía.

-Nosotros -respondió y el hombre pidió un aplauso para nosotros.

-¿Que canción quieren? -preguntó y esta vez fui yo él que respondió.

-Shot At Night, The Killers -ella se quedó viéndome con una sonrisa en el rostro.

Las letras comenzaron a aparecer en las pantallas junto al video de la canción. La canté para ella. Ella la cantó para mí. Estábamos tan concentrados en nosotros que no notamos que la canción de había terminado.

-Bueno, ¿quién sigue? -preguntó el mismo hombre.

Nora y yo nos dedicamos a aplaudir y gritar cuando Ary y Toni cantaron All This Time, One Republic, se dieron un suave beso al terminar la canción y me dio un poco de celos.

Luego salimos del pequeño bar, y caminamos por una plaza donde nos encontramos un hombre tocando la guitarra por dinero.

Tomé la mano de Nora y comenzamos a bailar, fue muy divertido porque ella no paraba de reír e incluso Ary nos tomó algunas fotografías.

Dejé en la carcasa de la guitarra unos billetes y nos fuimos.

...

Estaba por amanecer cuando Cristiano y yo subimos a la azotea del hotel, tenía su saco sobre mis hombros y sus brazos en cada lado de mi cintura.

-Es hora que me vaya -dije intentando evitar su mirada.

-No te vayas, por favor -me pidió y sentí en mis ojos formarse algunas lágrimas.

-Lo siento, Cris -enredé mis brazos detrás de su cuello y lo abracé.

Sus brazos rodearon mi cintura y lo único en lo que podía pensar era en los recuerdos de mi hermosa noche de cenicienta; baile, aposté y canté con el príncipe.

Nos separamos un poco y él puso una de sus manos en mi mejilla; me acercó más él y presionó mis labios con los suyos.

Sentí miles de mariposas volar dentro de mí, mis piernas flaquearon y si no hubiera sido por su mano en mi cintura, me hubiera caído en ese momento.

Los pulmones nos traicionaron y tuvimos que separarnos, me quité el saco de los hombros, se lo regresé y antes de salir corriendo lo escuché preguntar:

-¿Volveré a verte? -