¿Volverte a ver? ¡Si, Voy a Madrid!

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Seis meses después.

Cuando pasé a con la secretaria por mi paga me dio un paquete que dijo me había llegado.

Conduje a casa, mientras recordaba la maravillosa noche que había vivido con tres personas especiales, de la cual no le contaría nunca a nadie.

Abrí el paquete y contenía, primero que nada, un boleto de avión de Las Vegas a Madrid para dentro de 10 días, luego una invitación muy elegante, al abrirla me di cuenta de que era una invitación a la boda de Toni y Ary. Al final había una pequeña nota, que decía:

"Hola, Nora. Espero que nos recuerdes tanto como nosotros a ti, bueno espero que puedas venir a mi boda con Ary, te extraña mucho y ¿qué decir de Cris? Cris te extraña cada minuto del día. No deja de pensar en ti y me consta, me cuenta todo.

Ojalá puedas acompañarnos en este día tan especial, te mando tu boleto así no tendrás que reservar ya. Te esperaré y no diré nada ni Ary ni a Cris, para que no se lleven una decepción si decides no asistir.

Con cariño, Toni."

Estaba decidido, iría a Madrid.

Pedí en mi trabajo mis vacaciones, y me dieron dos semanas. Subí a mi vuelo antes que todos y me di cuenta que Toni me había reservado primera clase; ya se lo pagaría, algún día.

Al aterrizar en Madrid estaba él.

-¿Aun no les dices, cierto? -él negó.

-Quiero que sea sorpresa -respondí y me ayudó con la maleta.

Nos detuvimos frente a un hermoso Audi R8 negro.

-Eso de ganar en Las Vegas te sentó bien -reí.

-Ya lo tenía, pero sí, se siente bien ganar en Las Vegas -rió él.

Me llevó a un hotel y si de afuera se veía hermoso no quería imaginarme por dentro.

-Toni yo... -no sabía que decir, la verdad.

-No te preocupes, está todo pagado y tienes registrada una tarjeta por si quieres algunas cosas más -me sonrió infundiendo confianza en mí, como cuando me animó a ir con ellos aquella noche.

-Gracias Toni -susurré mientras bajábamos del coche para ir a registrarme.

Luego de todo el papeleo me dejó descansar y se fue, no sin antes dejarme su número de teléfono para lo que se me ofreciera y el número de un chofer a mi disposición para cuando quisiera, le agradecí por enésima vez en la noche y se fue.

Como no logré conciliar el sueño salí para buscar algún vestido para su boda, mañana.

En las primeras calles que encontré había muchísimos diseñadores a los cuales no me molesté en mirar, pues sus vestidos tenían precios que no podría pagar ni vendiendo todo lo que tengo en Estados Unidos.

En una calle donde las personas que estaban en las tiendas se veían más de mi categoría entré pero no encontré ninguno que me convenciera.

Iba regresando al hotel cuando escuché mi nombre y volteé, Toni salía de una famosa joyería acompañado de un hombre tan rubio y tan alto como él.

-Toni, que sorpresa -

-Nora, él es Bastian -me presentó al chico rubio. -Basti, ella es Nora.

-¿La Nora de Cristiano? -preguntó y yo me sonrojé. Toni enrojeció un poco y asintió.

-Si te refieres a la chica de la cual Cris no para de hablar sí, es ella -lo corrigió Toni. Luego se dirigió a mí. -¿Qué haces fuera? ¿Sabes regresar al hotel?

-Sí, yo solo buscaba un vestido para mañana pero no encontré -sonreí, -y decidí pasear un poco.

-¿No encontraste un vestido? -preguntó el chico Bastian. -estamos en una calle llena de diseñadores, eso no es posible.

-Sí, vamos de nuevo -

Toni insistió hasta que acepté y entre los dos me llevaron hasta una tienda donde las mujeres se me quedaron viendo feo, no supe si por mi apariencia o porque venía acompañada por dos futbolistas de talla mundial.

-Señorita -llamó Bastian a una empleada, -buscamos un vestidos para mi amiga.

-Claro, acompáñeme -me dijo.

Me hizo probarme cerca de 10 vestidos, unos no convencían a Toni y otros a Bastian, yo lo que temía era la hora de pagar.

Al final Bastian y Toni eligieron uno largo azul marino, con algunos brillos en la parte delantera.

La mujer se lo llevó y regreso con el vestido en una perchero cubierto por una bolsa característica de la tienda.

Ellos me guiaron a la salida.

¿A qué hora pagaron?

-Toni, -él asintió en señal de que continuara. -¿pagaste tú?

-Sí, no voy a aceptar un centavo de tu parte, Nora -sonrió. -tenemos una regla en casa, las mujeres nunca pagan.

Ellos me dejaron en la puerta del hotel y con la promesa de que Bastian iría por mí al día siguiente.

Shot At Night - One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora