Me quede demasiado sorprendido al ver que tenía una fuerza realmente extrañada, ni si quiera aparentaba tener esa fuerza con el físico que tengo. Después de que Travis termino de curar a su maestro salimos rápido de la casa.
No sabía que tenías tanta fuerza. –Dijo Travis.
Ni si quiera yo lo sabía, no sé qué paso. –Respondí.
El maestro de Travis se quedó extrañado.
¿Cómo que no sabías? –Me pregunto el maestro.
Si, Travis me encontró tirado en su cultivo y no recuerdo nada. Ni si quiera quien soy. –Le respondí.
Mmm que extraño, ¿No recuerdas nada nada? –Me pregunto otra vez.
No, solo puedo recordar mi nombre. Me llamo Danny. –Le Respondí nuevamente.
¿Seguro que no recuerdas nada? Bueno, es raro pero creo que si vamos con el médico de la ciudad podremos saber que tienes. –Dijo el maestro.
¿Qué? ¿Con ese tipo? –Replico enojado Travis.
Vamos tranquilo, Travis. Solo porque iba a usar como conejillos de indias, no tiene nada de malo. –Dijo el maestro a Travis.
Mejor cállate. –Respondió Travis con una cara de enojado. Aunque se miraba gracioso.
Después de hablar fuimos a sacar las cosas que quedaban intactas de la casa del maestro, las cuales eran pocas. Las llevamos a la casa de Travis ya que ahí vivirá para mientras el maestro. Yo también viviré ahí de ahora en adelante. El maestro me agradeció por haberlo salvado así que nos invitó a Travis y a mí a comer. Después de eso fuimos directo donde el médico, al parecer Travis no quiso ir así que solo fuimos el maestro y yo. Llegamos a la ciudad, ya que la casa de Travis y el restaurante estaban un poco apartados de la ciudad. Fuimos a una casa toda extraña que tenía un rotulo que decía "médico de la ciudad". Me parecía algo tétrico el lugar. El maestro toco la puerta 5 veces.
Puedes entrar, Oswin. –Se escuchó un grito detrás de la puerta.
El maestro solo abrió la puerta y entramos, el lugar estaba muy oscuro, casi ni se podía ver nada. Hasta que de repente la luz se encendió y ya se podía ver todo. El lugar era muy grande por dentro, extraño porque por fuera parecía más pequeño. Bueno, ahorita que me doy cuenta el maestro se llama Oswin, que nombre más feo la verdad. Volviendo a lo que pasaba, el medico estaba sentado mientras trabajaba con un cuerpo al parecer muerto. Al ver esa escena me sorprendí demasiado porque parecía que lo estaba volviendo a la vida.
Deberías dejar de trabajar en esos zombis, ya tienes demasiados. –Le dijo Oswin al médico.
Claro que no, ¿Qué pasaría si desata una guerra? Ellos nos salvarían, creo. –Respondió el medico mientras se reía.
¿Crees? De seguro se volverán en contra nuestra. –Oswin replico también riéndose.
Oswin, ¿Quién es el chico? –Pregunto el médico.
Ah cierto, vine a preguntarte algo. Travis encontró a este chico en su cultivo y al parecer no recuerda nada de su pasado, solo su nombre. Y extrañamente tiene una fuerza increíble, corta a un tigre de fuego a la mitad de un solo golpe con la espada. –Respondió Oswin.
¿Fuerza increíble? ¿No recuerda su pasado? Wow, me sorprende. En todos mis años que llevo de médico nunca había visto un caso igual. –Dijo sorprendido el médico.
El medico se levantó de su silla y fui a donde estaba yo, me miro.
Dime, ¿Cuál es tu nombre? –Me pregunto.
Danny. –Respondí normalmente.
Bien, mi nombre es Jairo Torafikku y soy el medico de esta ciudad. Dices que solo recuerdas tu nombre, ¿Verdad? –Pregunto otra vez.
Si. –Respondí.
De repente Jairo tomo una hoja de papel y la tiro al aire, salió un rayo azul del piso que atravesaba la hoja. El rayo desapareció, y aparecieron unos códigos extraños en la hoja.
Qué extraño, no aparece ningún registro. –Dijo Jairo extrañado sobre mi situación.
¿Qué? No puede ser cierto. Entonces, ¿Qué eres Danny? –Dijo Oswin.
¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? Al no recordar nada me preocupa lo que me pueda pasar, esto ni siquiera tiene lógica. De repente se abrió la puerta bruscamente.
Maestro, se está anunciando un torneo paraentrar a la guardia real. –Travis dijo, pues venía con información.
