No se que es lo que siento, la verdad no lo había sentido desde hace mucho; desde la vez en que cometí el único pecado imperdonable en mi vida, lo cuál hizo que mi vida cambiara.
Tras un par de tragos, o más bien un centenar, mi odio por él desaparece y lo único que queda son sus ojos... esos ojos que penetran el alma y violan mis pensamientos cada vez que los observo... no lo resisto más; olvido que estoy sentado en un banco y hecho mi espalda hacia atrás instintivamente trato de sujetarme de la barra para no caerme pero antes de que lo pudiera hacer siento su brazo sujetándome la cadera y como si yo no pesara más que una lata de cerveza me atrae hacia el y me vuelvo a encontrar con esos ojos hipnóticos que me excitan... parece que pasaron horas contemplando sus ojos pero en el mundo real fueron milésimas de segundo, de un momento para otro sentí sus labios estampados con los míos, ¡QUE LE PASA! como tiene este atrevimiento y ¿En frente de todos, que dirán?, pero toda esa amargura que conservaba mi interior desapareció cuando nuestras lenguas chocaron, de inmediato solamente eramos el y yo en el bar pero creo que me relaje mucho...
-Al parecer ya no estás nervioso ¿verdad?, creo ya entraste en confianza.- lo dijo señalando mi erección debajo del pantalón.
-Sinceramente no creí que un marica besara tan bien.- suelto una carcajada.
Al terminar de decir la frase siento como Ricardo tensa los músculos y se separa de mi.
-¡YO NO SOY NINGÚN MARICA!.- susurra fuertemente y me abraza sujetando mi erección.- Tal vez debas de cuidar tus palabras ahora porque me puedo desquitar en tu cama.
Cuando oí es frase mi erección creció aún más, creo que es momento de parar, pero... es tan guapo y fuerte... y esos ojos, ¡NO!, huye ahora mismo de ahí. Mi mente quiere huir pero mi cuerpo pide otra cosa... ¿y si me gusta? ¿y si vuelve a pasar?, NO PUEDO ENGAÑAR A EMILY, simplemente no puedo... aunque no la estaría engañando porque no es con otra mujer... ¡YA BASTA! el alcohol me esta haciendo cometer estupideces...
-¿Quieres ir a mi departamento?, no estoy ebrio todavía puedo conducir y cuando lleguemos...-
-Quiero ir a mi casa.- le digo en tono tajante quitando le las palabras pecaminosas de la boca.
Él se quedó atónito y me mira fijamente. -pero...- trata de decir antes de que yo reaccione y lo vuelva a interrumpir.- ¡PERO NADA!.- me paro de mi asiento cubriéndome la erección con el saco, me tambaleo hacia la puerta y salgo del bar.
Muy bien Andrés, ganaste... susurra mi inconsciente.
Saco mi celular para llamar a un taxi lo trato de desbloquear pero.. -MIERDA.- grito con desesperación; NO TENGO BATERÍA ¿Ahora que hago?, ¡Piensa Andrés!... Entro de nuevo al bar y me dirijo hacia el. Ricardo estaba recargado en la barra mirando su vaso medio vacío con una cara inexpresiva, pero al acercarme a su lugar, el voltea hacia mi y dice...
-Parece que alguien cambió de opinión.- sonríe y se levanta de su asiento.
Doy un paso hacia atrás y le digo. - No es eso tonto, necesito que me prestes tu celular para llamar un taxi e irme a casa. -de inmediato noto un brillo colosal en los ojos de Ricardo como si le hubiera dicho algo maravilloso.
-No, no, no, yo te llevo es más seguro y a parte tengo que conocer donde vive mi confundido asistente.- ¿Eh? ¿Que trató de decir?
-No, de ninguna manera me subiré a un auto contigo.
-¿Y que vas a hacer?, ¿Caminar?.- suelta un par de carcajadas y termina de decir.- El bar queda a 8 km de la oficina, no creo que vivas tan cerca de aquí y tampoco que puedas aguantar más de 8 km caminando.- Mierda, bueno... ¿Que mas puede pasar? de seguro estaba ebrio cuando me beso... pero al parecer se le ha bajado.
-Esta bien.
Lo sigo hacia el estacionamiento y me subo a su auto, al parecer no es demasiado tarde porque la estación de las 11:00 pm sigue sonando; me abrocho el cinturón y salimos del bar. Mi mirada no se despegaba del paisaje borroso que hacían los edificios al dejarlos atrás, pero lo único que hace el paisaje es marearme más así que dirijo mi vista hacia el frente pero el mundo no deja de tambalearse, mejor cierro los ojos para tranquilizarme y respirar... MALA IDEA, ahora siento como si mi asiento fuera una montaña rusa, ¡Ay Dios, ayúdame a controlar mi estado de ebriedad!, afortunadamente ya estamos a dos casas de mi hogar y....
-Llegamos.- digo con alivio, le doy mis llaves a Ricardo para que pueda abrir y entro a mi casa, pero algo me sujeta del brazo.
-Oye.- dice Ricardo soltándome.- ¿Puedo pasar a tu baño?.
-Claro, tu me trajiste a mi casa, lo más que puedo hacer es dejarte cagar en mi casa ¿no?.- Suelto una carcajada y me dirijo hacia la sala.-Ahí esta el baño- señalo un puerta blanca con perilla plateada; Ricardo entra al baño y yo a la cocina.
-¿Emily, estás aquí?.- cruzo la cocina examinándola y abro la puerta del jardín para checar si estaba afuera.-Al parecer no.- me digo a mi mismo; salgo de la cocina y subo las escaleras hacia nuestro cuarto pero tampoco ella esta aquí, me acuesto en mi cama y cierro los ojos poniendo mi mente en blanco, lamentablemente Ricardo interrumpe mi tranquilidad.
-Creo que tu esposa salió.- abro los ojos y lo veo recargado en la puerta.
-¿Que?, ¿Como sabes?.- me paro de la cama y me tambaleo hacia el.- Porque dejó una nota en la mesa.- dice y estira su mano hacia mi para darme la nota, al instante la empiezo a leer...
-Parece que tienes la cañería tapada.- dice Ricardo sonriendo al ver que termine de leer la nota que Emily me dejó.
-Cállate.- espeto riéndome del chiste, pero en vez de seguir riéndome sus ojos me callan, me estremezco al ver el destello de luz en sus pupilas y de repente siento como me sujeta del cinturón para jalarme hacia el, me aprieta contra él y siento su... ¡WOW! ese bulto no puede ser natural... sus ojos me miran fijamente y por primera vez le pude examinar la cara, un poco cansada pero con las facciones y mandíbula marcadas junto con una barba recortada a la perfección. Su fuerza es particular porque al apretarme más no me lastima si no que lo hace con delicadeza pero al mismo tiempo con dureza... es tan dominante.
-Creo que es tiempo de que alguien te ayude a destapar la cañería.- me dice ahogándome con un beso.
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La siguiente parte se publicará en el perfil de Raikou15
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Cargando Cruces
RomanceEste libro es una colaboración entre @Raikou15 y @TuMalditaSirena Andrés vive en Santiago, Chile, tiene una vida perfecta: esposa, un buen trabajo, una familia maravillosa y la bendición de Dios hasta que un nuevo empleado en la empresa de su suegro...