La oscuridad cubría la habitación.
Los pitidos de aquella maquina eran lo único que formaba eco en aquel lugar. Las blancas cortinas se movían al compas de la suave brisa primaveral y algunos grillos cantaban su singular melodía.
En aquella cama se encontraban dos jóvenes, uno era rubio el cual se encontraba abrazando al otro el cual poseía cabellos verdes. Ambos se encontraban dormidos, o por lo menos eso parecía; el chico de melena rubia abrió sus ojos y coloco una de sus orejas en el pecho del otro.
El latir de aquel corazón logro tranquilizarlo.
Al separarse de aquel joven no pudo evitar formar una mueca de dolor.
¿Por qué cuando comenzaba a ser feliz las cosas se iban en picada?
El chico entre sus brazos era su pareja.
Pero por causas del cruel destino aquel pequeño se encontraba obligado a estar en cama.
Aquella desgracia comenzó una mañana de invierno en la cual ambos jóvenes se encontraban de paseo, todo parecía normal y tranquilo. Pero aquella atmosfera se derrumbo cuando Izuku comenzó a toser.
Primero fue una tos algo leve, después fue una más ronca y por último la sangre hizo su aparición.
Al parecer Izuku poseía una enfermedad grave, la cual si se trataba a tiempo podría salvar su vida.
Que lastima que él no estaba a tiempo.
Pero... ¿Cómo decirle eso a su pareja? Bakugo no era una persona tolerante, y una de las cosas que él más despreciaba eran las mentiras.
Sin poder decirle la verdad el tiempo siguió su curso.
En la actualidad los encargados del hospital le permitían a aquel rubio de ojos escarlata el quedarse en la habitación de aquel chico. Pero aun así Bakugo no era idiota, el sabia que algo no andaba bien.
Y eso lo comprobó un día.
De un segundo a otro el corazón de Izuku había dejado de latir.
Terror.
Angustia.
Miedo.
Todo aquello lo invadió en un solo par de segundos.
Para su suerte solo había sido una falsa alarma... pero precisamente eso era lo que lo asustaba.
Si eso era una falsa alarma...
¿Cómo sería cuando fuera algo real?
¿Qué tipo de rostro pondría al ver a su amado sufrir frente a él?
¡No quería ni siquiera pensarlo!
Pero la madre de aquel joven no soportaba verlo sufrir de aquel modo y sin poder más le conto la verdad.
Ese día bebió como nunca lo había hecho.
Grito.
Maldijo.
Saco toda su frustración.
Y la mañana siguiente volvió a un lado de su pareja.
La suave brisa se coló entre las cortinas dando de lleno en el rostro de Bakugo, una sonrisa se formo en sus labios al ver el rostro durmiente de Izuku.
Lo amaba... lo amaba como nada más en el mundo.
-No quiero perderte - susurro besando la mejilla de su ser más preciado.
Y sin decir otra palabra volvió a recostar su cabeza sobre el pecho de aquel joven, antes de cerrar sus ojos procuro escuchar una vez más aquellos latidos.
Su amado se encontraba durmiendo sobre su pecho y eso lo lastimaba, pero este dolor no era algo que se curaba con algún medicamento, este dolor se llamaba sufrimiento y este se encontraba alojado en su corazón.
Una lágrima decidió salir de aquellos ojos color esmeralda.
No quería irse...
¡Deseaba vivir!
¡Quería estar con su amado!
Pero al parecer la vida no quería eso.
Un agudo dolor inundo su costado.
-T-todavía no... - murmuro débilmente.
Aun tenía tantas cosas por hacer... tantos sueños por cumplir...
Pero todo eso comenzó a desvanecerse al igual que la neblina.
Con su mano libre comenzó a acariciar el cabello de su novio.
Suave... era muy suave...
Y sin quererlo, más lágrimas comenzaron a aparecer.
Poco a poco sintió su cuerpo más ligero y su respiración comenzó a ser más lenta.
Lo último que sintió Katsuki fue una mano golpear contra la cama.
La mañana siguiente unas densas nubes cubrían la ciudad, las flores se encontraban marchitas y algunas personas soltaban lágrimas.
Midoriya Izuku había muerto la noche anterior.
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Los días siguientes Katsuki se sumergió en una gran agonía. ¿Porque se había ido?Los gritos desde fuera de la habitación se escuchaban por toda la casa y tal vez también en la calle, no importaba lo que esos gritos decían, él ya no estaba entre esas personas que gritaban desesperadamente.
-¡Katsuki no lo hagas! - grito un pelirrojo.
-¡Bakugo no! - y otro grito más.
-¡Izuku no querría esto!
Sus ojos se abrieron de par en par, ¿y ellos que sabían? no podían comprender su dolor y aun así trataban de hacerlo retractarse de su decisión.
Que personas más egoístas.
Una vez mas la brisa primaveral golpeó su rostro. - Ya voy Deku - y disparo.
Poco a poco la sangre comenzó a emerger y su corazón latió por última vez.
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-¡Kacchan!-¡Deku!
Y ambos se abrazaron.

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Latido
Fiksi PenggemarBueno, esta dedicadoal concurso de la pagina Deku x Kacchan / kacchan x Deku - Sukes Espero y lo disfruten.