ONE SHOTS

You're beautiful

  En una tranquila y pacífica mañana, delicadas olas de luz se colaban en la habitación. Yo y Louis estábamos despiertos; aunque no queríamos admitirlo, la luz del sol nos forzaba a despertarnos. Dejé escapar un pequeño gruñido, acomodándome en el abdomen de Louis.

  Así es como nos quedamos dormidos la noche anterior. Yo sobre su torso desnudo; el calor que este irradiaba lo hacía cómodo y tranquilizante. Sus brazos estaban alrededor de mi cuerpo, con su barbilla reposando en mi cabeza, la cual estaba enterrada en su pecho.

  La noche anterior había sido conversación tras conversación, pero una de ellas había quedado atormentándome. Esa charla me vino a la memoria cuando contemplé a mi "almohada humana" descansando con una respiración tranquila.

  Mis ojos no hacían otra cosa que deambular por la habitación. Era como un instinto natural que no controlaba.

  Estaba acurrucada en las frías sábanas de la cama, viendo como Louis se levantaba para cambiarse de ropa, poniéndose unos pantalones holgados que me dejaban ver parte de su cintura. Luego, se deshizo de su camiseta blanca, sin molestarse en ponerse otra antes de girarse y observarme con una media sonrisa. "¿Qué miras tanto?"

  Estaba embobada observando su torso bronceado, lo suficientemente moreno como para dar a su piel un aspecto cálido. Tenía un delicado cuerpo, pero a su vez se podía observar a la perfección como sus músculos estaban bien trabajados.

  Su piel morena era otra de esas características que hacia a Louis ser él mismo. Además, contaba con la presencia de formas y patrones dibujados con tinta sobre ella. Varios tatuajes viajaba desde sus clavículas hasta sus muñecas. Otros, sobresalían a lo largo de todo su pecho, y algunos, adornaban parte de su cuello; lo suficiente para que asomaran cuando llevaba camiseta.

  Tenía también unos pendientes oscuros y un único piercing en su labio inferior. Su pelo era ligero y fino, y siempre caía por toda su frente. Además, también llevaba el típico maquillaje oscuro de siempre. Era el mítico "chico punk malo", aunque sólo en su apariencia.

"Y-yo..." Tartamudeé, perdiendo el poco aliento que me quedaba. Él verdaderamente, era hermoso. Independientemente de lo que pensara la sociedad de él. Era absolutamente precioso, él era la personificación de esa misma palabra; y le decía precisamente eso todos los días.

"Simplemente eres hermoso" susurré sincera.

   Sonrió de lado levemente ante mis palabras, aproximándose al lado opuesto de la cama, metiéndose lentamente en ella. "No lo soy"  murmuró mientras se acercaba a mí por debajo de las sábanas. Se movió para plantar un tierno beso en mi cuello, con el frío metal de su aro rozándome. "Soy diferente, un bicho raro"

"Para el mundo," refuté en un susurro. "Pero no para mí"

  Negó con su cabeza, a la vez que reía entre dientes contra mi piel y me atrajo más hacia su cuerpo. Se giró un poco para que pudiese recostarme en su pecho nuevamente.

   Los dos nos quedamos en total silencio por un rato, mientras yo me apoyaba sobre mis codos para recorrer todos los dibujos trazados de su cuerpo con mi dedo índice. Sentía su piel estremecerse bajo la sensación de mi tacto, pero continúo dejándome pasar los dedos por su hombro y espalda a pesar de ello.

"De verdad que eres precioso" murmuré inclinándome para posar mis labios justo debajo de su clavícula. Fui moviendo mis labios hacia su cuello y finalmente hasta sus labios, donde tiré de su labio inferior de forma juguetona.

Él me correspondió el beso, rápidamente recuperando todo el dominio que yo había adquirido. "No lo soy" susurró, con voz áspera y ronca mientras mordía suavemente el lóbulo de mi oreja. "Pero buen intento"

Ahora, con mi barbilla apoyada en su pecho que se movía a la vez que él respiraba, subiendo y bajando pausadamente, no podía hacer otra cosa que sonreír con sorna. "Lou?"

"Hmm?" Murmuró, jugando con pequeños mechones de mi pelo y a la vez que me miraba tiernamente.

"Eres hermoso."