Nueva York, ¡sorpréndeme!.

Día 2

Al día siguiente me desperté a las ocho en punto, tenía que ir a la empresa que ofrece el concurso en donde estoy inscrita.

Una vez bañada y preparada salí de mi departamento no sin antes haber investigado la ruta para llegar a la empresa, opté por ir caminando, así podría disfrutar de la gran vista que la ciudad te brindaba a estas horas de la mañana. Por el camino pasé frente un Starbucks y no pude evitar entrar y comprar uno de sus deliciosos cafés.

Al llegar a la empresa me recibieron con gran amabilidad que me hicieron sentir muy cómoda, a todos los concursantes nos reunieron en un pequeño salón; de los diez concursantes sólo tres eran hombres y el resto éramos mujeres, todos tenían un aspecto bastante profesional excepto una chica y yo, éramos las únicas que vestíamos de una manera cómoda pero no fachosas. Nos dieron una pequeña platica en donde nos explicaban básicamente en lo que se basaba el concurso, nos dieron un pequeño receso de quince minutos para poder ir por café, té y algunos aperitivos que la empresa nos ofrecía, cuando me encontraba sirviéndome un poco de té la chica que vestía "cómoda" igual que yo se acercó a mi lado y me mostró una linda sonrisa, la cual le devolví y comenzó la plática:

-Hola, me llamo Elizabeth, pero puedes decirme Liz.

-Hola Liz, yo me llamo Mila, es un gusto conocerte.

-El gusto es mío, pareces más agradable que los demás chicos.

-Lo mismo pienso yo de ti, es increíble encontrar personas agradables.

-Estoy totalmente de acuerdo con eso Mila, totalmente.

Elizabeth realmente parece una chica bastante agradable y me alegra que me haya habado, así no estaré sola, viendo como todos hablan entre sí.

Al finalizar la reunión, Liz se acercó a mí.

-¿Quieres ir a caminar por ahí? No tengo amigos aquí, ni con quien hablar y la verdad parece que tú tampoco tienes...

(solté una pequeña risa) -La verdad es que no los tengo, y sí, me gustaría caminar por ahí

-Entonces vamos- lo dijo de una manera graciosa que me reí de nuevo.

Mientras caminábamos platicamos un poco sobre nuestras vidas antes de venir a NY, me contó que sus padres eran divorciados, su madre vive en Londres y su padre en Seattle, ella vive con su padre. También me contó que su última relación duró nueve meses, que su novio era un gran chico o mas bien eso aparentaba ser ya que a los siete meses la engañó con su mejor amiga y ambos se lo ocultaron por dos meses, dijo que era una de las más grandes decepciones que había sentido además del divorcio de sus padres.

-Siento contarte todo esto, ya sé que no eres mi psicóloga ni nada, pero la verdad es que me inspiraste bastante confianza y es algo sorprendente ya que no he vuelto a confiar en nadie después de todo lo que ha pasado

-No te preocupes, escuchar es una de mis virtudes y me alegra haberte inspirado confianza, y aunque nos acabamos de conocer quiero decirte que puedes confiar en mí- lo dije de la manera más amable

-Muchas gracias Mila, de verdad- me mostró una sonrisa sincera, la cual le correspondí

Después de platicar por casi todo el día nos despedimos, pero antes intercambiamos números telefónicos para irnos juntas al día siguiente al curso que la empresa nos obligaba a tomar.

Siempre es bueno estar con alguien agradable en una ciudad tan grande.

Cuando estaba de camino a casa vi un letrero de un centro comercial, aún no era muy tarde así que me dirigí al establecimiento para comprar algunas cosas que me hacían falta. Al cabo de unas horas terminé las compras; ya eran las nueve de la noche lo cual me asustó un poco ya que era algo tarde, pero al salir del centro comercial habitaba casi la misma gente que cuando eran las cinco lo cual hizo que sintiera un gran alivio. Al llegar a mi departamento me dediqué a acomodar las compras y a prepararme algo de cenar.

Cuando estaba a punto de acostarme mi celular comenzó a sonar, era mi madre. Hablé con mis padres durante media hora, me sentí más tranquila por alguna razón, después de colgar me dormí, estaba muy cansada.