III. In the city of a billion lights

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Ocho mil años han pasado desde que Atzimba Beli-tzar murió, ahora la amenaza del enemigo parece tan solo un mito, una leyenda que los ancianos cuentan como parte de la historia... pero pocos son los que creen que el enemigo volverá a traer la destrucción. 

Mi nombre es Alura, pertenezco a la tribu de los guerreros, desde que soy capaz de caminar se me ha entrenado para pelear y defender el reino y a sus habitantes de cualquier amenaza, aunque esta parece ya no existir en su plenitud. 

Aunque los primeros seres vinieron de la luz, con el paso de los años y las generaciones hemos perdido algunas de las cualidades que poseían nuestros ancestros, sin embargo conservamos la mayoría de la luz con que ellos fueron creados. 

Todos los que viven cerca del centro de esta ciudad han conservado mas luz que los que viven en las orillas pero nadie es discriminado por ello, se procura que todos tengan los mismos privilegios y que no exista la pobreza para poder mantener la paz. 

La vida en el centro del reino es tranquila, Al-nasr ha crecido mucho, sus limites se extendieron y los pueblos siguieron creciendo. Nuevos pueblos fueron creados y comenzaron a crearse ciudades por todo el continente, ahora no solo hay pueblos viviendo en las llanuras y bosques, la vida se ha extendido inclusive a las altas montañas nevadas. En todas las ciudades y pueblos hay escuelas en las que se enseña la historia de nuestro pueblo, se enseña a leer y escribir, matemáticas y ciencias, pero también se enseñan habilidades de trabajo de acuerdo a las aptitudes de cada persona. 

Aunque esas reglas de aprendizaje aplican también a mi tribu, desde pequeños se nos enseña el arte de pelear, al crecer podemos decidir si queremos seguir este camino o no, pero la mayoría se queda, algunos que tienen habilidades para la magia van al templo de la montaña, allí aprenden artes secretas y la lengua de los antiguos. Ahora son muy pocos los que la entienden, y aun menos son los que pueden leerla, aunque no esta prohibido que los demás la aprendamos son pocos los que se interesan. 

He visto con mis propios ojos como entrenan los magos, es asombroso... Aunque no debería escapar de mis propios entrenamientos y menos aun considerando que no soy la mejor de la clase, he de admitir que no soy ni siquiera una alumna promedio, soy algo distraída y suelo escapar para ir a explorar, me gusta ver lo que hay en otros pueblos, como vive la gente, encontrar criaturas que algunos podrían considerar como monstruos... Pero para compensar esas salidas furtivas tengo que entrenar por mi cuenta, no me agrada hacerlo encerrada entre cuatro paredes, prefiero ir al bosque. Tiendo a ser solitaria. Tengo algunos amigos pero creo que todos piensan que soy un poco extraña. Desde pequeña me he sentido diferente de los demás, no entiendo bien por que, pero en realidad no presto mucha atención a eso. 

Desafortunadamente hoy no podré hacer una de mis excursiones, hoy es un día especial, hoy es el día en que nos asignaran nuestra primera misión como guardianes de algún pueblo, ojalá me envíen a algún pueblo entre las montañas... Quizá cerca del bosque azul... O de algún volcán, siempre he querido ir allí para ver un dragón... Pero ya no es momento de fantasear, tengo que apresurarme o me quedare aquí otro par de años. 

La ceremonia de asignación de misiones se lleva a cabo cada dos años y es para la tribu de guerreros, la tribu de magos y los sacerdotes, estas tríbus son las que están en los alrededores del palacio de Alún Beli-tzar, el rey blanco. Los sacerdotes son quienes están a cargo de buscar a jóvenes con talentos que debieran ir a la ciudad y de los rituales, los magos se encargan de la salud de todos los habitantes y los guerreros nos encargamos de la seguridad. 

Este año la ceremonia estaría a cargo de Bab-ilu,  el sacerdote principal del templo, Alún Beli-tzar también estará presente. El patio principal que esta frente al balcón central del castillo está adornado para la ceremonia, hoy es una de las pocas ocasiones en que se ve así. Siempre se escoge el día de la ceremonia cuando el jardín esta lleno de las flores mas exuberantes, cuando los arboles están llenos de frutos y flores, justo antes de la llegada del verano. Se decidió hacerlo así para representar la madurez de quienes serán elegidos para partir, para decir que empezaran una nueva vida lejos del que fue su hogar, es una representación del desprendimiento. 

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2016 ⏰

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