Ya no me queda nada más que tu ausencia. Pero dicen que, al menos, tengo algo.
En todo caso, ¿qué puedo hacer yo con tal cosa?
Te escribo. Como si me fueras a leer, como si aún te interesara. Te escribo para no dejarte morir de mí. Pero la que necesita vivir soy yo, vivir después de ti.
A quién le importa lo que le pase a mi cuerpo con estos capítulos en los que ya no estás. Nadie notó que a ti te miraba con todo el calor de mi alma. Y no entendían muy bien si en mi cuaderno escribía para ti o para mí.
Me tengo que tragar éste dolor. Por el bien tuyo.
Ya no me queda nada. No encuentro batallas, y la comida perdió su sabor. Ahogo tu fantasma con las canciones de, la que fue, nuestra banda favorita.
Sigo buscando nuevos tonos en un intento de calmarme éstas ansias caníbales de tu voz. Acepto abrazos de quiénes no quiero, y espero borren tu bello tacto de mi pecho y brazos.
Ya no me queda algo. Te veo en todos lados. No suelto mi cabello porque no estarás allí para acariciarlo. Creo que lo cortaré mañana. Dicen que mis ojeras se ven más pequeñas, ahora duermo para poder verte.
Venderé la guitarra, y de paso mis regalos. Pero jamás me quitaré la pulsera que me diste en junio.
Y tu CD lo tengo guardado en mi buró. "Find peace and love me". Estoy en eso, amor mío.
