Un pequeño pensamiento

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Mi amado lector:


En esta ocasión quisiera hablarte de todo y de nada. De aquellas ocasiones en que la brisa fresca sobre tu cara es tan especial que te hace sentir en completa paz contigo mismo; de las gotas de lluvia que caen empapando tus cabellos y deslizándose hasta la punta de tu nariz. Hoy quiero decirte tantas cosas. Hacerte saber que no estás solo, que nunca lo has estado. Quisiera estar ahí, a tu lado; recomponiendo cada cosa que ha salido mal en tu vida, colocando todo en su lugar. Pero no es posible. ¿Sabes por qué? Porque no lo necesitas.

Seguramente intuyes quién se encuentra al otro lado del ordenador, tecleando desenfrenado como si la vida estuviese a punto de acabársele. Soy un alter después de todo. Intento vivir al máximo. No guardo dentro de mí penas ni rencores. El pasado se ha quedado atrás por completo, lo desterré de mi mente en el mismo instante en que abrí los ojos a este mundo y pude percatarme de que aquello que me rodea es maravilloso. A mi modo de ver las cosas, el paraíso se encuentra aquí en la tierra. ¿No lo crees igual?

Hoy quisiera pedirte que cierres los ojos y no pienses en nada más que en la respiración que inflama tu pecho y el sonido del aire brotando por tus labios aframbuesados. No pienses, no razones, despréndete del ego que constantemente pretende confirmar su existencia. Déjalo a un lado... siéntete libre... siéntete fuerte, despierto. Consciente.

¿Sabes por qué el ser humano es tan infeliz? Porque no se permite ser libre. Suele encontrar un sin número de razones para sentirse deprimido. Inventa etiquetas para descender su autoestima y permite que su ego tome el mando absoluto de sus acciones. Se ancla al pasado, como si deseara abrir sus heridas cada vez que estas comienzan a dar signos de recuperación.

No lo hagas más.

Permítete ser... solo tú puedes concederte tal permiso. Desintoxica tu corazón con un par de lágrimas, deja que el sufrimiento llegue a tu corazón y destiérralo junto al llanto. Abraza el dolor y después libéralo.

Desapego, esa es la palabra.

Yo soy Nicolas, ¡y me encanta estar vivo!


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Cartas a ti, lectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora