|02| Realidad.

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Termino de arreglar mi mochila con los cuadernos correspondientes y salgo de la habitación de Julieta directo a la cocina dónde está su madre preparando el desayuno, Julieta come como si no hubiera mañana en cambio yo no tengo hambre, hace unos días exactamente mi hermano fue á la cárcel por asesinato, trato de ser lo más fuerte posible intentando no pensar al respecto.

me levanto y Julieta me persigue hasta que llegamos a su auto, debo volver a la escuela y eso significa también volver a ver al idiota de Costello.

Maximilian Costello, el típico playboy de cabello rubio, tatuajes y ojos azules, algunas veces siento que mi vida es toda una novela súper cliché.

Luego de un largo camino a la escuela, Julieta cantaba sin detenerse algo qué comenzó a molestarme desde que nos conocimos, esa perra por todo canta. Antes del auto poder estacionar ya estaba afuera, tacharé de mi lista saltar de un auto en movimiento, aunque tampoco iba a gran velocidad.

—¿Qué te pasa chica?—Pregunta Julieta mientras entramos por la puerta de la escuela.

—¡Preferiría saltar de tú auto en movimiento que escucharte cantar un momento más!—Exclamó mientras llevo ambas manos a mí cabeza.

—¡Yo cantó hermoso!.—Dice mientras hace un baile raro.

—Ahora bailas—Río a carcajadas cuando llego á mi casillero, encuentro a Máx alias burro tatuado besándose justamente en mi maldito casillero—¡Máx quítate!—exclamó dándole un empujón con todo y rubia oxigenada.

—¡Niña!—exclama la rubia con cara de asombro mientras lleva su mano á su pecho intentando ser más estúpida de lo qué ya es—¿Qué rayos te pasa?

—Primero soy Anastasia—Le digo llevando una mano a mí cintura—Segundo estás en mí casillero, y tercero la escuela se hizo para estudiar no para casi tener sexo malditos desesperados—Max ríe y golpeo su cabeza dándole un zape, el me mira serio unos segundos y agarra mi cintura pegandome á mi casillero.

—¿Porqué se te ocurre golpearme pequeña furia?—Dice muy sonriente, su aliento de menta golpea contra mis fosas nasales, respiro profundo mientras intento safarme de su agarre—¿Anastasia?

—¡Ya déjame!—exclamó mientras golpeó su entrepierna, el sonríe cuando baja mi rodilla rápidamente con su mano.

—Tranquila pequeña—Me susurra, se aleja lentamente de mi y abro mi casillero, tomó los libros correspondientes y caminó con Julieta á mi lado, directo a clase de algebra, suelto un suspiro frustrada, entró á la clase, Julieta se sienta frente a mí y yo unas sillas hasta atrás, las mangas de mi abrigo llegan hasta mis nudillos mientras mi cabello esta a cada lado de mi cabeza algo despeinado por lo frustrada qué estoy, Sinceramente mis días no pueden ser peor qué este.

Saco mi cuaderno de dibujo y mis lápices, apoyo mi mejilla de mi mano izquierda mientras dibujo con la derecha, comienzo a dibujar una mano agarrando la otra no se porque lo hago, simplemente, me dieron ganas de dibujar estupideces en mi cuaderno, Julieta dice qué tengo talento y qué debería aprovecharlo pero, lo encuentro inútil ya qué sólo lo hago para no aburrirme, el maestro no hace nada simplemente está sentado en su silla mientras todos los chicos hablan en voz baja.

—Chiquilla—Escucho un murmuró y ruedo los ojos más qué cabreada—¿Qué haces Anastasia?—Me sobresalto cuándo escucho esa voz en mí oído.

Maldito sea Máx y su forma de aparecer de sorpresa maldito bastardo.

—Eso no debe importarte—Susurro mientras siento su respiración en mí cuello—¿No crees?

—Ahg—Hace ése extraño sonido con su garganta se acerca al maestro y le susurra unas cosas, él maestro asiente y él vuelve con una enorme sonrisa á mi lado, toma una de las sillas y la arrastra hasta qué quedamos muy unidos.

—¿Podrías alejarte Máx?—Rueda los ojos y toma mi cuaderno, intentó quitarselo pero es imposible—¡Entrégame eso Costello!—Exclamó con ganas de rasguñar toda su maldita hermosa cara.

¿Qué diablos dije?

—Sabes dibujar—Murmura, golpeó su hombro y me devuelve el cuaderno—Te ves tan linda enojada—Toca la punta de mí nariz con su dedo y muevo mi cabeza hasta atrás.

—¡No me toques!—exclamo y el sonríe.

Luego de dos clases más en los cuales Costello no se cruzó por mi camino, ha llegado el receso, salgo casi corriendo del aula sin arrastras mis zapatos y entro a la cafetería, detesto estar rodeada de gente así que opto por la mesa que está al fondo.

Saco mi cuaderno otra vez y comienzo a dibujar a mi madre, bueno cómo me imagino que ella era ya que nunca la conocí.

—¿Qué dibujas?—Julieta se acerca, cómo no está en alto volumen pude escuchar su pregunta, volteo él cuaderno , ella mira él dibujó unos segundos y su cuerpo se relaja, cierro él cuaderno y lo vuelvo á entrar en mi mochila, detengo la música y me quito los audifonos.

—Algún día me gustaría conocerla—Susurro para mi misma, Julieta come de su extraña comida es una mezcla de tacos con pizza , algo qué hace qué me duela el estómago de sólo verlo.

—¡Miller!—Ruedo los ojos cuando escucho los tacones de una de las porristas acercarse—¿Porqué estabas con mi novio en álgebra?

—¡No me grites!—Me levantó poniéndome frente a ella—¿No debo darte explicaciones o si?—La reto, su cuerpo se tensa y puedo ver las venas de su frente desde él fondo del océano.

—¡No te acerques a mi novio!—Me reta señalandome con su dedo y sonrió.

—¿Ó sí no que?—La reto y ella hace un movimiento extraño con sus hombros.

—Terminarás en la cárcel cómo tú hermano—Es una maldita perra, no hago ningún movimiento de debilidad, me quedo igual sin moverme.

—Ñah—Me encojo de hombros—No me molestaría—Hago una mueca de conformidad con mis labios y ella alza una de sus finas cejas.

—¿¡Qué rayos te pasa Elizabeth!?—Y hay viene el putito mayor, la agarra fuerte del brazo haciéndola girar—Te deje bien clarito qué no somos nada. ¡Por favor deja de joderme la vida!—Exclama, ella le da una cachetada bastante fuerte, él sonríe, Elizabeth se aleja moviendo sus caderas y Max voltea a verme.

—Perdón por él mal momento—Se disculpa.

—No hay problema—Tomo  mis cosas y salgo de la cafetería directo a la próxima clase.

Este día no quería lidiar con nada, hoy no...

E D I T A D O

No te enamores de él |EDITANDO| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora