Lawliet tocó aquella puerta con entusiasmo, después de todo, era su primera cita con Daryl después de todo lo que paso.
Suspiró, imaginándose a aquel chico rubio, sonriente y pecoso. Sonrió al pensar como saldría aquel chico: con pantalones, tenis y una camiseta de Marilyn Monroe.
La puerta se abrió.
—¡Hola, Daaaa...! —se detuvo.
Lawliet lo miró de arriba a abajo, negándose a creerse que aquel que estaba frente a él, era su Daryl.
Su cabello rubio, fue reemplazado por un color negro.
—¡Hola, Lawliet!
El mencionado dirigió su vista a su vestimenta. Traía pantalones negros, tenis del mismo color y un suéter blanco con algunos triángulos negros.
Lawliet negó y se talló los ojos.
—¿Daryl?
—Si, ¿Quién más? —rió. —Andando, vayamos a comer.
—¿¡Qué te paso?!
—U-un pequeño cambio. —le sacó la lengua.
—¿¡Pequeño?!
—Algo así. —dijo emocionado, mientras alzaba las manos.
Fue cuando Lawliet divisó algo más. Tomó su brazo derecho y levantó la manga del suéter. Un tatuaje.
—¡Daryl!
El —ahora— peli-negro lo besó, para luego comenzar a caminar.
—¡Anda! Hice una cita antes de ir a comer.
—¿Cita? —el peli-azul salió del momento del beso y lo siguió. —¿Con quién? —cuestionó molesto.
—Con Charles.
—¿¡Quién?!
—¡El chico de la tienda de tatuajes! —se volvió, para tomarlo del cuello y comenzar a caminar de reversa. —Me va a poner un piercing.
—¿¡A esto querías ir a Madrid?!
—¿Para qué mentir? ¡Sí, a eso iba!
—Daryl, no creo que... —se vio interrumpido por un beso.
—Sólo camina. —susurró, para luego darse media-vuelta y caminar con normalidad.
Lawliet lo miró preocupado, ¿Dónde estaba su rubio? ¿Dónde estaba su chico con camisetas de Marilyn Monroe? ¿Dónde estaba su Tsundere?