IV

35 4 3
                                    


Porque tus jodidamente delicados rasgos te hacían ver tan tierna
Tan vulnerable
Tan suave
Tan bonita

Y tus mejillas rosadas
Y tu estúpido cabello
Y tu estúpido carácter
Me hicieron sonreír
Desde el primer segundo

No fue un buen comienzo,
Pequeña gruñona.

CapuccinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora