Falling In Love ©

Capítulo 1

Septiembre del 2017.

Actualidad.

Madison

—Sabes Maddie, todavía no creo que tengamos a este idiota de amigo —habló Liv, mi mejor amiga— refiriéndose a Devon —nuestro mejor amigo—, nos encaminamos hasta el patio trasero de la universidad, llegamos y nos sentamos formando una especie de círculo.

—Es que soy un encanto amores —dijo Devon mientras se daba un leve golpecito en su barbilla.

Liv y yo reímos ante su gesto.

—¿Chicos que dicen si quedamos hoy en mi casa para ver una película? —pregunté subiendo y bajando las cejas ante la idea.

Me les quede mirando esperando respuesta, pero por parte de ellos no salía palabra alguna, Devon rascaba su nuca mientras veía a otro lado y Liv pasó de tener su atención en mi hacia su teléfono.

Fruncí mi entrecejo.

—Les prometo que no me pondré como una cota parlante —rodeé los ojos.

Devon y Liv se miraron.

—Querida, la última vez dijiste lo mismo —habló Liv sonriendo irónicamente— y ya sabes cómo terminó.

Miré a Devon para luego explotar en risas.

La última vez que vimos películas fue en casa de Liv les prometí exactamente lo mismo y me la pasé hablando toda la película, Devon se enfureció y me lanzó todas las palomitas y yo como venganza le tiré mi bebida y así fue como comenzó una "guerra" de palomitas y bebida en casa de Liv. Dejamos la casa hecha un asco y la señora Henderson —madre de Liv— casi se desmayaba al ver todo el desastre, la ayudamos a limpiar todo, pero al final la castigaron y esto hizo que no nos hablara por semanas.

—¿Por qué crees que dije que la viéramos en mi casa mejor? —dije riendo aún.

—Mejor vamos a una reunión que está organizando Logan en su casa —anunció Devon.

Liv bufó.

—"Reunión" —hice comillas— como puedes llamar reunión a una fiesta de Logan —dije obvia— las fiestas de ese chico se salen algo de control. No le queda nada bien la palabra reunión.

—Exactamente —rio Devon— pero así es mejor chicas, quien no querría estar en una fiesta donde no haya algún alboroto, además hay chicas dispuesto a todo —sonrió perverso.

Liv le dio un pequeño golpe a Devon en la cabeza.

—Ustedes siempre pensando en sexo, cerdos — atacó Liv.

Yo reí ante su comentario.

—No somos de hierro, Liv —contraatacó Devon, devolviéndole el golpe suavemente en el mismo lugar.

—Nada, son unos idiotas —finalizó la chica.

Devon rodó los ojos y dijo:

—En fin, ¿van a ir o no?

Miré a Liv para ver su reacción, pero esta fijó toda su atención en el teléfono tecleando no sé qué cosa, volteé a mirar a Devon el cual esperaba una respuesta.

—No lo sé, Devon —hice una mueca— yo te estoy avisando si quiero ir o no.

—Yo igual —intervino Liv, aun entretenida en su teléfono.

Devon nos miraba un poco mal.

—¡Vamos chicas! —chillo— dejen se ser tan aguafiestas, además así le dábamos la bienvenida a Benjamín.