-Brinca la ovejita ya yo la brinqué y si no la brincas contaré hasta tres -Escuché a lo lejos - Uno - me tocaron la mejilla y escuché la puerta abrir y cerrar - Dos - otro toque, levanté mi mano quitando lo que sea que me molestara - Tres - Dijo esa voz con tono cantarín, abrí mis ojos encontrándome la cara de Cam sonriendome - la oveja se fue - Reí recibiendo un beso de su parte, voltee la mirada para encontrarme con la de una enfermera quien nos miraba tiernamente e hizo que mis mejillas se encendieran - Se puso roja! - Dijo riendo cameron, me levante de la cama y me senté en la silla de al lado.
-Cuidado - dije al ver que tosía un poco.
-Tranquila - Sonrió, para luego fruncir el seño.
- ¿Estás bien? - Pregunté preocupada.
-¿Qué siente? - Preguntó la enfermera acercándose a nosotros, no pudo contestar ya que empezó a toser, la enfermera apretó un botón y varios enfermeros y doctores llegaron sacándome del lugar.
- NO!! ¿¡QUE HACEN?! DEJENME! - Grité desesperada - NO SUELTEME!! LE PROMETÍ ESTAR CON ÉL! SUELTEME - Grité jalandome el pelo, no podían sacarme de ahí, se lo prometí no pueden.
- Tranquila señorita - Me quitó las manos de la cabeza - Tiene que estar tranquila por él, debo ir a ayudar pero tiene que tranquilizarse - Sentí una mano en mi hombro, miré atrás encontrándome con Lucínda la madre de Cam con los ojos rojos, la abracé fuerte llorando, soltando todo el dolor que tenía.