Capítulo 3 - VISITA

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Me encontraba en un bosque de arboles grandes y frondosos, escuchaba mencionar mi nombre, la voz se volvía mas fuerte al atravesar la vegetación y llegar hasta una cascada, volvía a escuchar que mencionaban mi nombre, me llamaba suavemente, una vo...

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Me encontraba en un bosque de arboles grandes y frondosos, escuchaba mencionar mi nombre, la voz se volvía mas fuerte al atravesar la vegetación y llegar hasta una cascada, volvía a escuchar que mencionaban mi nombre, me llamaba suavemente, una voz dulce que retumbaba en mi cabeza. Al acortar distancia pude ver mi figura reflejada en el agua, me agache cerca de la orilla para alcanzar a ver mi rostro, pero no era yo, sumergí mis manos y podía escuchar mas de cerca, salio una mano desde la figura en frente, me tomo por el brazo tratando de meterme al agua. En ese instante desperté.

Había saltado y me aferraba al techo de la habitación, a los pies de mi cama estaba sentada Cora quien me miraba queriendo descifrar algo, me repuse nuevamente en el piso. Tenia mi camisa empapada en sudor.

-que haces allí- le dije, era extraño que entrara a mi habitación sin avisar.

-Lú, he descubierto mi nuevo don- me miraba sonriendo. -estaba escuchando lo que hace poco al parecer era una pesadilla-.

-¿Que estabas escuchando?- me sorprendí a semejante afirmación, por un momento sentí que urgo en mi intimidad.

-escuche que decían tu nombre- no dejaba de sonreír, tomó a su grimorio en brazos y se disponía salir, -sera mejor que te duches, baja pronto- se cerro la puerta detrás de ella.

pose mi mirada en la cama que también se encontraba con las sabanas húmedas, había dado un gran salto hasta el techo de la habitación donde deje mis huellas, seguro tengo que limpiar antes que la abuela vea o me dejara sin postre durante toda la semana.

 Recordé parte del sueño, el rostro en el reflejo de la cascada no lo podía recordar, venia vagamente la imagen de las manos agarrándome del hombro justo antes de despertar. Comencé a limpiar todo y fui a ducharme

al cruzar el umbral de la cocina me encontré a Cora sentada a lado de su grimorio quien también había ocupado un asiento en la mesa

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al cruzar el umbral de la cocina me encontré a Cora sentada a lado de su grimorio quien también había ocupado un asiento en la mesa.

 -Buenos días Cora- dije, alce la silla con una mano para acomodarla y sentarme en la mesa frente a ella.

-Buenos días Lú, ya le converse a la abuela acerca de lo sucedido- decía ella mientras se metía un tostada a la boca.

Baz se acerca a acariciar mi pierna como muestra de saludo, -hola grandulon, veo que ya estas mejor-.

Besos sabor a sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora