-¡Cora!- decía, bueno mas bien gritaba una voz gruesa adentro de aquella casa de ensueños.
-espera papá- decía la ya no tan pequeña Cora. La adolescente iba de aquí para allá. Hoy era uno de los días más esperados de ella. Cada fin de semana su padre adopto la costumbre de su ya fallecida esposa de ir a casa del tío de Cora. Era emocionante ir cada fin de semana a casa de su tío favorito a quedarse. Su tío le contaba aventuras, cuantos e historias. Hasta debes en cuando le contaba sobre lo aventurera que era su abuela. Su tío no vivía cerca, ni tampoco vivía tan lejos, pero como su papá trabajaba pues solo iban los fines de semana. Cora apresuradamente bajo las escaleras sin importarle si se caía; y vaya las veces que se caía la pobre por lo apuros.
-con cuidado Coralia- dijo su padre que por parte de Cora se ganó una cara de reproche.
-¡no soy Coralia! ¡Soy Cora! ¿¡tan difícil es entender eso padre!?-dijo Cora mientras salía por la gran puerta.
-Cora, no me alces la voz... Sabes que soy tu padre. Y si, lo sé, se que te llamas Cora. Yo y tu madre, que en paz descanse; te pusimos ese nombre. Solo te llamo Coralia porque, número uno es bonito y número dos, porque me recuerdas a tu madre.- dijo su padre mientras la miraba y le acariciaba su mejilla, pero Cora como siempre arruinando momentos nostálgicos lo miró con cara desconcertada.
-Ehm, papá esta muy equivocado. Mama no se llamaba Coralia, se llamaba Anya papá -dijo mirándolo mientras se dirigía a aquella cosa de metal.
Desde bastante tiempo las cosas fueron cambiando. Cuando ella era pequeña usaban unos increíbles carruajes con caballos hermosos. En cambio ahora son guiados por una persona que se llama chofer y aquella ahora lo llamaban coches. En realidad era bonito y solo las personas con gran cantidad de dinero los podía tener. Era un coche negro y en algunas partes tenia finas línea plateadas. Solo habían pasado unos cuantos años, pero parece que hubieran pasado miles de años para encontrarse con estas cosas. Su chofer, que estaba al lado del coche le abrió la puerta.
-Lo sé hija... Se que tu madre se llamaba Anya y que tu abuela, que en paz descanse, se llamaba Coralia. Sólo lo digo porque si aún no te lo había dicho te pareces más a tu abuela y tú madre siempre quiso ponerte su nombre.
-si...lo se papá. Mi tío me lo dice constantemente...- dijo sentándose en el asiento.
-pasas mucho tiempo con tu tío Cora.
-es mi tío favorito. ¡¿Como no estar con él todo el tiempo?!-dijo exaltándose un poco y moviendo las manos frenéticamente.
-sólo era un comentario Cora... Me pone un poco celoso que quieras más al hermano de tu madre que a mi hermano...- dijo el con la voz un poco apagada mientras el cochero ponía el coche en movimiento.
-papá.... No te ofendas, pero...el tío Hefesto es un poco extraño. Es, ¿cómo decirlo...? ¿Extraño?-dijo Cora con la cara desfigurada por una mueca. En el pequeño vehículo se escucho la risa de su padre a causa de su extraña y particular forma de llamar a su tío paterno.
-hay Cora... No es que tu tío sea ¿Extraño...?. Bueno como iba diciendo... No es que tu tío sea como tú dices...Sólo que fue a muchas guerras y sirvió por muchos años ...
- Si lo sé... Es solo que es muy raro... Osea siempre esta leyendo libro contando historias sin sentido y supuestamente tomando té todo el tiempo. Como el dice: dos cubitos de azúcar, para no engordar...- dijo Cora tratando de imitar la voz de su tío paterno.- y.... En ¡en realidad nunca toma té!-dijo Cora mirando hacia la nada y frustrada con sus pensamiento, mientras que su padre la miraba con atención; eran los mismos gestos que hacia Anya y Coralia, su abuela.- el coge la taza, bueno lo que queda de esa bendita taza; porque; ¿sabes porque? Porque la taza esta ¡rota! El echa el té y todo se cae en el platito. Que frustración papá... Es como pasar una batalla cuando estas con el... Y cuando hablo con el...no quieres saber- dijo tirándose en el espaldar del sillón del auto.
-Cora...- susurraba una voz mientras movía a Cora que estaba dormida en un lugar muy cómodo para ella.- Cora - esta vez canturreo un poco esa voz un poco gruesa.- Cora, pequeña despierta cariño- decía su padre, pero ella se rehusaba a levantarse. Es que ¿a quien se le ocurría levantarla de tan hermosos sueños en los que estaba?- Cora... Hemos llegado a casa de tu tío...- y de pronto, como si de un resorte se tratara la chica se levanto en un santiamén y miro a su padre sorprendida mientras miraba a su alrededor. Y...efectivamente. Habían llegado a casa de su tío. Ella rápidamente sin esperar a que el chofer le abriera la puerta ella salio corriendo y entro a casa de su tío sin tocar. Y mala idea...ya que su tía Carlota estaba sentada en el sillón de la sala bordando vaya a saber que cosa. "Sus inventos" como decía Cora. Al abrir de esa forma la puerta principal su tía se sobresalto y toco su pecho exageradamente.
-¡Coralia!- dijo exaltándose y parándose del sillón y "acomodándose" el vestido y su muy elegante cabello pelirrojo que estaba peinado muy bien.
-¡¡Soy Cora tía Carlota!!- dijo un poco molesta Cora. Es que... ¿nadie puede entender que ella era Cora y no Coraline? ¿nadie en esa familia podía nombrarla por su nombre?... Bueno... su tío si la nombraba por su nombre.
-¡Cora! Una señorita no alza la voz-dijo su tía reprendiéndola; en cambio la adolescente rodó los ojos- ¡tampoco roda los ojos cuando le hablan! y... ¿Porque estas usando ese ridículo vestido?- dijo su tía mirando con detenimiento la vestimenta que traía su sobrina. Y es que... Cora llevaba un trajecito de color, lo que no era bien visto en las señoritas de sociedad. Y llevaba unas botas con tacón y en su cabeza llevaba un lacito para acomodar un poco sus cabellos ondulado rubios.
-¿Que tiene de malos mi vestimenta tía?- preguntó Cora con una ceja alzada. Y...Es que también Cora estaba cansada de los comentarios de su tía. Cada vez que iba a casa de su tío; eran comentarios de como era que una señorita se debía comportar y vestir. Era frustrante para Cora hacia comentarios como: una señorita se sienta y se comporta como tal, una señorita no habla con los hombres, una señorita hace sus labores, no corre ni juega con los animales. Cora ya estaba cansada de esos ridículos comentarios. Si Carlota no fuera su tía; ya hubiera dicho unas cuantas cosas que no dice una señorita.
-hay Cora, ¿que tiene de malo tu vestimenta?- dijo con voz aguda mientras alzaba una ceja y abría de forma "elegante" su abanico y caminaba alrededor de Cora.- Fácil... Es total.mente.ridículo que una señorita use este tipo de traje- dijo tomando una de las mangas del traje azul.- ya debes de aprender a usar trajes de señorita Cora. Pronto conocerás a muchos pretendientes Cora. Y debes vestirte como tal.- dice moviendo su mano excesivamente con el dedo meñique alzado, al igual su abanico. Cora movió su cabeza de lado a lado de forma disimulada en reacción de negatividad y sin mirarla a los ojos pregunto:
-donde esta tío Hamlet
-Esta en el jardín- dijo su tía mirándola con desaprobación. Si no la educan a tiempo, no habrá pretendiente para ella...¡jamas! Ningún hombre la quera si sigue como va...-pensó Carlota.
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Perdida En Mi Cabeza
Random...La pequeña Cora... -¿Donde estoy? ...Andaba perdida... -¿Estoy perdida? ...Perdida en su cabeza... Adaptación de 'Alice and Wonderland"