Enamorá de la camiona.

En verano creció mi obsesión por una app llamada Instagram.

De entre los mil doscientos seguidores que gané durante los dos meses de vacaciones conocí a una mina la raja. Nos hicimos buenas amigas, fue tanto que le conté a mi hermana sobre ella, pero cuando le dije que era camiona, la hocicona culiá les fue altoque con el cuento a mis viejos po, y como son medios lateros quedó la cagá.

Resulta que por esa hueá insignificante me quitaron el celu y me prohibieron hablar con ella de nuevo, porque según ellos no querían que su hijita se juntara con niñas como esas.

Pero obvio que no iba a dejar que me manduquearan, yo elijo mis amistades y con quién juntarme. Igual sé que soy pendeja, pero no por eso me van a controlar de esa forma.

Y bueno pa' resumir mañana entro al infierno de nuevo, y ya comenzamos el año con la pata izquierda como diría mi güeli.