Doctor Evans.

Capitulo 9 "Mi novia, Alicia"

Estaba esperando el café de él mientras estaba apoyada en la barra, mi mente estaba perdida en el humo que se dibujaba por encima de mi café, olía delicioso, pero tenía mucho sueño, estoy segura que mis ojos estaban rojos.

No había dormido bien como cosa rara, ayer estuve despertándome bastante agitada toda la noche, no sé cuando estas cosas iban a parar, necesitaba que acabaran, a veces siento que me agotan mucho mental y físicamente. No dejaría pasar esto por alto cuando tengo mi próxima consulta con Karen le comentaré eso y que me dé una solución ya que cuando tomo la pastilla tengo leves mareos en el día que hacen que se me baje la tensión poniéndome fría.

- Aquí está tu café que pases buen día -dijo el chico de la cafetería entregándome el café-

-Gracias y igual -Sonreí y salí del establecimiento -

Salude a Bonnie y a Sol al llegar, deje mi bolso con mi café en mi puesto y me dirigí a su consultorio, por lo visto no había llegado, entre sin cerrar la puerta y deje el café en su escritorio, cuando gire para irme me conseguí un gran pecho cubierto por una camisa blanca y una corbata negra, era Alejandro y hoy venía con un perfume exquisito muy masculino.

- Gracias Montserrat - dijo él con una leve sonrisa refiriéndose al café -

Coloco las llaves de su auto en el escritorio para tomar asiento y comenzar a degustar el café, dio un sorbo, cerro sus ojos y paso su lengua con delicadeza por sus labios, al parecer sabía bien y lo estaba disfrutando, pero ya era hora de dejarlo de mirar.

- ¿Hoy no fue a sus clases? -le pregunté ya que llego temprano-

- Si lo dices porque llegue temprano, no -negó y dejo su café en su escritorio- Quiero ir a ver unas cosas en el restaurante -hizo una pausa- ¿Hay alguna cita a las 12? -pregunto mientras abría su laptop-

-No, para hoy solo tiene siete consultas y una operación -respondí

- Muy bien, te avisare para que dejes pasar a la primera - asentí y me marche-

Alejandro

Me encanta el café y este tiene el sabor muy concentrado y su aroma a cacao era fascinante, como me gusta.

Al cerrar Montserrat la puerta, baje mi mirada al escritorio, el cual estaba bastante desordenado por lo tanto preferí organizarlo antes de que empezaran a llegar los pacientes, comencé por unos papeles, otros eran dibujos que había dejado un niño que estoy atendiendo, exámenes, algunas planificaciones de semanas pasadas y cosas así, boté lo que no era importante y lo que debía ir organizado en los expedientes de los pacientes los coloque a un lado para entregárselo a Montserrat, al estar más despejado pude visualizar que tenia allí la carpeta de Montserrat la volví a abrir y le eche otro vistazo, vi de nuevo la pregunta "¿Toma algún medicamento diario?" La opción que estaba seleccionada había sido la de si, por lo cual me surgió de nuevo la duda de que medicamento seria. Cerré la carpeta, la deje junto a los expedientes de los pacientes, ya había visto lo necesario, ya se podía enviar al departamento administrativo.

Montserrat

Revise la lista y la primera paciente era Caroline Bator, y aún no había llegado, muy impuntual la señorita Caroline, mientras tanto me puse a verificar algunos papeles y si estaban completos los exámenes de la paciente que se operaria hoy para entregárselos a Alejandro, me guiaba por una lista que me había facilitado Bonnie de todos los recaudos que tendrían que tener los pacientes para entrar al quirófano.

- ¿Donde iras a comer hoy? -pregunto Bonnie-

- No lo sé, aun son las once –mire mi reloj- falta un poco para la hora ¿Qué propones tú? - le pregunte mientras bostezaba y colocaba mi mano en mi boca-