ʟᴜᴄɪғᴇʀ [2] sᴀɢᴀ INFERNO.

16. S U E Ñ O

La puerta se abrió,

y la familia de Lucifer entró,

tu ni los miraste,

solamente en él te céntraste,

La mano le apretaste,

mientras apoyadas la cabeza,

sobre su pecho,

mientras los ojos cerrabas,

mientras soñabas.

En el una niña de pelo negro corria,

hacia un hombre con tatuajes,

que los brazos extendía,

cogiendo a la niña en brazos.

Una mujer de colorido pelo,

les fotografiaba,

sonriendo,

riendo,

y imprimiendo en fotos,

esos preciosos momentos,

esos preciosos recuerdos.

Pero todo se paró,

todo se descolorió,

y la familia desapareció.

Pero de pronto,

el mismo hombre apareció,

llevando de la mano a una niña,

a su hija.

El hombre le sonrió,

y de nuevo en sus brazos le cargo,

pero la niña no sonrió,

la niña no rió,

la niña lloró.

La niña grito,

y corriendo se alejo,

el hombre solo quedo,

enmedio del prado de color,

la mirada bajo,

una blanca flor al suelo tiro,

mientras susurraba,

mientras lloraba.

Y se alejo,

y llorando en casa de madera,

se refugió,

pidiendo a dios,

su vida por la de su amor,

deseando,

que su mujer,

en sus brazos estuviera,

él quería creer,

él quería saber,

si su mujer,

le seguía amando con todo su ser.