20. D E [ S O L A ] D A

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Amaia,

soltaste un grito ahogado,

desolado

y

rasgado.

Unos brazos te rodearon,

unos brazos te calmaron.

Y tu continuaste llorando.

No te queda nadie,

solamente el hombre,

que con sus brazos tatuados,

te rodea el estomago,

protegiendo a su soberano.

ʟᴜᴄɪғᴇʀ [2] sᴀɢᴀ INFERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora