Al fin después de 26 largos años de dolor y sufrimiento sin embargo tengo que admitir que cuando la vida aunque diera tantos golpes y malos momentos, que me dejaron en el piso, cuando daba buenos momentos, los cuales son escasos, eran los mejores momentos de mi vida, cortos pero los vitales para ver un poco de alegría y esperanza en el mundo. Ya conseguí todas mis metas, salí del bachillerato con beca y honores pero no con amigos, conseguí graduarme y con ello sacar maestría, todos estos logros fueron difíciles pero como todo con alta dificultad, valió la pena; pude ejercer mi pasión al convertirla en profesión, entré al equipo de basketball de mi país, muy exitoso a decir verdad; obviamente no deje mi vida laboral de lado, necesitaba un sueldo para vivir como todos, tenía un trabajo en el cual me pagaban bien y el horario era excelente, trabajaba de mañana hasta la tarde y en la noche podía practicar durante una hora y media. Un problema que me causó la adolescencia fue el siempre estar en guardia, no se si es malo a decir verdad, pero una de las consecuencias de esto fue que confiar se volvió algo imposible, siempre estuve esperando a que los demás en algún momento alzaran el cuchillo para clavarmelo en la espalda, pero cuando eso pase, yo estaría listo para evadir el golpe y salir sin ni un rasguño, no uno nuevo; me funcionó muchas veces pero el costo era muy alto, perdí persona que tal vez valían la pena por tanto esperar el ataque en el primer instante que baje la guardia, lastimosamente no se si esas personas me querían pero con tanta intensidad como yo a ellos. Todos mis traumas aprendí a controlarlos con el tiempo, nunca desaparecieron a pesar de que los escondía bastante bien hasta la noche donde me destrozaba en llanto al no soportar más; pero en ningún momento volví a intentar suicidarme, me hice una promesa, que cuando lo intente será mi último intento y lo terminaré esa vez, pero mientras tanto aún tengo los cigarros.
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Silencio Mortal.
Novela JuvenilCuando llega la soledad y con ella el vacío; el silencio se vuelve constante en consecuencia de la falta de "amigos que siempre te apoyarán", un silencio tan peligroso que se convierte en mortal.