Llegue a casa luego de seis horas de viaje, Justin vivía lejos de mi casa y el trafico no ayudo para nada.
— ¿Donde estabas? ¿Crees que estas son horas de llegar? No me dejaste ni siquiera un mensaje, estuve muy preocupada por ti— grito mamá, suspire y deje las llave del auto en una pequeña repisa, preparándome mentalmente para soportarla y inventar una escusa.
— Lo siento mamá. Después de la fiesta me quede a dormir en lo de Angie, olvidé por completo avisarte, lo siento.
— ¿En lo de Angie? Pues, que raro ella llamo a la mitad de la noche muy preocupada por ti, sabes que odio las mentiras. ¿Estuviste con ese jodido novio tuyo verdad?
—Mamá…
—¡Dímelo!
—Diablos, si estuve con él ¿Cuál es el maldito problema?
—El maldito problema es que sigues siendo mi hija y odio a ese tío. ¿Entiendes? Es un loco hija, no es un buen ejemplo.
—Siento ser tan dura, pero ¿y tu que? Acaso crees que es buen ejemplo salir por las noches con quien sabe quien y emborracharte, drogarte y llegar en ese estado a casa. ¿Es un buen ejemplo?
—Yo solo trato de no pensar en tu padre. ¿Por qué eres tan cruel conmigo?
La mire por varios segundo y me dije a mi misma que esta discusión era estupida, pues ella no cambiaria y yo no dejaría de ver a Justin.
—Oh, dios. Ya déjalo, lo siento — Dije entrando a mi habitación y cerrando la puerta de un portazo. Me tire en la cama y trate de conciliar el sueño pero las palabras de Justin aparecieron en mi mente “Mande a alguien a vigilar tu casa”
Me levante de un saltó y me fije por la ventana y había cuatros chicos que parecían una pandilla, suspire y volví a mi cama.
A veces todo era tan difícil, la sobreprotección de Justin, sus celos, mi madre, mi loca madre. Que no deja de sorprenderme ¿Preocupada por mi? Si no hace más que trabajar todo el día y en cuando le queda tiempo se pierde en el alcohol, olvidándose de mi existencia, siempre que le reclamaba algo se excusaba con “Yo solo no trato de pensar en tu padre” ¿Mi padre? Era un desconocido para mi, el maldito me abandono y luego cuando cumplí los trece años él salio en las noticias que había muerto por sobredosis, no llore porque la rabia no dejo que yo sintiera nada por un extraño, mi madre esa noche me había gritado que era una persona sin corazón pero es que mientras yo buscaba el amor de un padre, el se había marchado. De todos modos respetaba que mi madre lo amara, pues se lo que es amar a un hombre, a un jodido hombre. De repente mi celular vibrando me saco de todos mis pensamientos “Llamada entrante Justin” Espere unos segundos y atendí.
—Justin…
—¿Dónde estas? — Sonaba exasperado y muy cansado, me preocupe.
Era constante estos tipos de sentimientos, el con su maldito trabajo que consistía en manejar el grupo de mafia mas grande, peligroso e importante de la ciudad donde vendían armas, drogas y cosas ilegales, incluso la policía le temía y él ponía su vida en peligro muchas veces al enfrentarse con otros grupos que trataban de ocupar su lugar. Aunque yo odiaba ese “trabajo sucio” no podía cambiarlo, lo conocí así y eso no fue un obstáculo para mi, lo amé de todos modos.
—¿Estas bien? Tu…
—¿Dónde diablo estas ______? — Volvió a preguntar muy irritado— Si esto bien, malditamente bien.
—En mi casa — conteste suspirando.
—Te quiero en la mía.
—¿Es enserio?
—Muy enserio y no jodo con esto _____, apresúrate.
—Diablos, no. Mañana tengo que ir a la universidad, mamá ha vuelto a tomar y tengo que cuidar de ella…