capítulo 5

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/A las afueras de la ciudad/

No era tarde, en su pequeño reloj marcaba que solo faltaban 10 minutos para las once, en la oscuridad de aquella colina, que solo era alumbrada por un par de lámparas que cumplían con su objetivo, iluminar el perímetro completo de su casa, una tierna brisa de verano recorría su cuerpo, causandole de vez en cuando un ligero escalofrio, el hermoso paisaje nocturno que le regalaba era sin duda alguna una obra de arte digna de admirar, no tenía muchos vecinos y la mayoría de ellos vivía a una considerable distancia de los otros, el lugar era perfecto para quien fuera, que quisiera vivir en total privacidad. Solté un suspiro cansado, mientras le dedicaba una mirada a la curiosa arquitectura de casa. Que más bien parecía una cabaña, estilo futurista.

Una extraña melancolía me invadió, en si podía considerarme como una persona nómada, pero esa casa siempre había sido mi único refugio, en todos y en cada uno de mis robos, donde guardaba mis más grandes secretos e ideaba mis mejores planes, donde maldeci a mi destino, donde celebre mi primer gran robo.
Y hoy al fin todo terminaría, mire la casa, que extrañamente parecía dabarme una última bienvenida.

Mientras bajaba de la moto, me quite el casco y lo deposite sobre la misma, no hacia falta meterla a la cochera, nadie andaba por ahí a esa hora por la facilidad con la cual la gente se perdía, me detuvo un momento al lado de la moto.

Y por unos minutos, que fueron eternos estuve parada viendo la nada y al mismo tiempo todo, tome la pesada caja, para dirigirme a la entrada, abrí la puerta despacio, no entre, solo me quede congelada en lugar, abrí la boca, pero no salió nada.

-estoy casa...-mi voz sonó más como un pequeño murmullo quebrado. Unas suaves gotas se deslizaron por mis mejillas directo al piso. Cerre mis ojos con fuerza tratando de contenerlas, una sonrisa torcida asomo en mi rostro, esta definitivamente no era la forma en la que quiera celebrar el robo, pero mis lágrimas no parecían querer parar... por un momento le pareció verse en su versión infantil al fin del pasillo y ahí fue cuando lo entendió, el día qué tanto había anhelado y deseado desde que era una niña al fin había llegado, su infierno de vida al fin terminaría, al fin podría ver de nuevo a su hermana y a la gente del pueblo, podría estudiar, podría andar por la calle sin temer, podría soñar con algo mejor que solo escapar o robar, podría tener una vida normal, incluso tal vez casarse... sería libre.
Con la cabeza en alto, mientras las lagrimas bajaban por su rostro, camino con seguridad por el pasillo hasta llegar a la cocina, donde dejo la pesada caja en la mesa de cristal. Tiro de su peluca albina con fuerza, dejando ver sus cabellos naranjas, colocando la peluca al lado de la caja.
Se dirigió al baño a paso cansado, su maquillaje estaba corrido pero eso era lo que menos le importaba, enjuago su cara y un poco mas calmada salió del baño.

A los 15 minutos, tomó su teléfono, marco un número e inmediatamente cuando le contestaron habló.
- la cantidad prometida ya esta en tu cuenta, espero que cumplas tu parte- dijo seriamente, sin sonar amenazante.

- no se preocupe, nadie sospecha, todo pareció natural y por mi parte fue un placer trabajar con usted- dijo una voz gruesa, en claro todo de respeto, a lo que nami agradeció mentalmente la ayuda y colgó la llamada rápidamente, sacó el chip del teléfono y lo rompio con unas tijeras, dejándo los restos en un caja, sobre la pequeña mesa del centro de su sala.

Se dejo caer en el sillón de cuero negro, que estaba atras de ella, mientras le daba un gran tragó a la cerveza que tenia al lado. El día había sido muy pesado, pero el de mañana lo sería peor, una enorme sonria surco su rostro, mientras levantaba la botella de cerveza como si estuviera en un brindis.
Para después bajarla lentamente hasta su boca, dándole un trago para nada femenino, se terminó el resto de la botella de golpe y la dejo en la mesa, esperando poder hacer ese brindis cuando su pueblo al fin estuviera liberado.
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Trafalgar law era la clase hombre que podía trabajar bajo cualquier circunstancia o presión, por algo había escogido como especialidad médico cirujano y aunque ahora ya no se dedicaba a eso seguía demostrando que podía perfectamente con cualquier tipo de situación, en menos de una hora, logró calmar a su gente, organizarlos y conseguir toda la información posible, si bien su plan por primera vez había fallado y eso lo desconcerto, nunca lo aparento.
Ahora en la comodida de su despacho, mientras fumaba su tercer cigarrillo, trataba de conectar los hechos, pero por más que lo pensaba, más perdido terminaba, era claro que alguien había podido leer sus movimientos, no, nadie tiene esa habilidad, solo se habían basado en suposición de lo que aría y tomo el riesgo de crear una distracción que al parecer funcionó a la perfección, tanto los ladrones como el choque fueron claramente causados por la misma persona. No sabía si estaba asustado o impresionado, de que hubiera alguien que lo pudiera leer tan bien, por que claramente esto no se había planeado en una noche. Extrañas teorías pasaban por su cabeza unas más descabelladas que otras, y algunas las descartaba automáticamente, se sentó en su escrito mientras se sobaba las cienes. Aun esperaba el informe del sujeto del accidente, ya había pedido su historia policiaco el cual se encuentraba limpio, solo una persona normal. Por el otro lado, un ladrón había confesado, que la persona que lo contrato solo habló con el por teléfono y pago por adelantado, le dio las ordenes de lo que debía hacer por telefono especial que a el mismo le habían mandado y que lo demas se lo llevaron por paquetería.
Mientras que en los informes del accidente, nadie habia visto nada sospechoso cerca de la furgoneta, ni que alguien se acercará de más a ella. Estaba desconcertado, no había nada que conectará los hechos y las pocas pistas que tenía lo dejaban estancado.
Le dio una gran calada al cigarrillo que traía en una de sus manos antes de apagarlo y tirarlo.
Solo tenía su presentimiento de que los hecho estaban claramente conectados. Se levantó de su silla y camino por su despacho, tomo los informes y dio una leída rápida, buscando cualquier dato que se haya pasado. Unos de cierta forma le dieron risa, "una chica muy buena en traje de cuero", no le tomo mucha atención y siguió leyendo, hasta que un sonido, le hizo alejar su mirada de los hojas y dirigirla a su escritorio, donde se encontraba su teléfono, lo tomo con rapidez y contesto.

- ¿Que paso?-decía con irritación, que no se molestó en fingir.

- capitán, el hombre del accidente desapareció, no hay rastros de haya volviendo a su casa, desde que salió del hospital- mientras law escuchaba una pequeña sonrisa aparecía en su cara.-sus cosas no están...-

-gracias por la información, sigue vigilando la casa y cualquier cosa informarme-

-entendido capitán- diciendo esto, colgó la llamada, corrió hacía su portátil, tecleba con una increíble rapidez, sus ojos devoraban archivo tras archivo que encontraba. Habían pasado exactamente 35 minutos desde la llamada, se levantó de su asiento y volvió a tomar los informes que estaban en su escritorio, buscando cierto párrafo.
Cuando lo encontro, no pudo evitar esbozar una gran sonrisa. Tomo su movil y marco "ese número", unos segundos después contestaron.

-¿qué quieres a esta hora law?, si ya tienes mi joya puedes venir sabes- dijo doflamingo, claramente enojo, por haberlo despertado, pero law lo ignoró olímpicamente y continuó.

-ya se quien robo la joya, estuvo en la noche de la fiesta, incluso en la presentación de la arqueóloga ayer en la Universidad y por lo visto, es muy probable que todo este tiempo la tuvieramos muy cercas de nosotros. -law tomó una breve pausa para continuar. - la conoces muy bien, le ha robado a varios de tus compañeros Mafiosos y del Gobierno con bastante gracia.- doflamingo que hasta ahora escuchaba con atención interrumpio.- ¿la gata ladrona? -decia con genuina Curiosidad.
-si - respondió secamente. A lo que una sonora risa invadió el otro lado del telefono, la risa se detuvo y una voz sería habló
-quiero que la traigas para mi, viva o muerta, pero de preferencia viva, nadie trata de robarme y se sale con las suyas...- su discurso se vio interrumpió por law- pero ocupó un favor, que nadie se enteré de la joya fue robada, has como si la verdadera ya estuviera segura en boveda, ya tengo algo pensado.-
- Esta bien law, are lo que digas, pero esta vez más te vale no fallar- dijo con una tétrica voz antes de colgar.

Law guardo su teléfono en el bolsillo izquierdo de su arrugado pantalón, desabrocho su corbata y abrió los tres primeros botones de su camisa, sentándose con cansancio en uno de los sillónes que estan al lado de su escritorio, despeino su cabello con ambas manos, y volvió su vista al mini-bar que tenía enfrente, su gran colección se botellas, se alzaban como premios, alrededor de la pequeña base de madera pero primera vez en su vida no sintió ganas tomar, dirigió su cansada mirada al techo, una extraña excitación recorría su cuerpo ante el gran reto que se le presentaba, "al parecer esto si sería interesante," siendo este su único pensamiento se fue a dormir.









//// siento haber tardado tanto tiempo en actualizar, tuve uno que otro problema pero desde hoy lo are más seguido, gracias por seguir la historia hasta ahora♡♥. ///

EL ROBÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora