-Aquí vives?.- preguntó Jin quien había acompañado a Ámbar a su casa.
-Si, quieres pasar?
El castaño asintió y juntos se adentraron a el hogar de la chica.
-Que te ofrezco?.- preguntó amablemente la pelinegra.
-Oh no, yo estoy bien.- sonrió.
-Vives muy lejos de aquí?
-No, solo a unas cuadras de hecho.
-Bien, pensaba hacer la cena...
-Quieres que te ayude?.- preguntó entusiasmado.
-Me encantaría.- sonrió.
Se dirigieron a la cocina y comenzaron a preparar la cena.
Ámbar miraba sorprendida como un chico como él podría cocinar tan tranquilo y feliz. Era una imagen que te dejaba embelesada el ver al joven tan fresco moviéndose con gracia por la cocina. Ella no hizo mucho a diferencia de él. Sólo pudo observarlo todo el tiempo.-Te gusta ver cocinar a las personas?.- preguntó Jin sacando de sus pensamientos a la chica.
Ella al darse cuenta que fue descubierta se ruborizó y apartó la mirada.
-S-si, no perdón, es solo que disfrutas mucho haciendo esto, se nota.
-Si.- suspiró.- siempre ayudaba a mi mamá a cocinar. Ella fue quien me enseñó que no solo las mujeres pueden hacerlo bien.
Ámbar asintió.
-Por supuesto. Aunque aun así pienso que no puedes superarme.- bromeó.
-Ah no? Ven a probar esto.- la retó riendo un poco.
Ella se acercó y probó un poco de sopa.
En realidad, no pudo ni siquiera negar lo sabroso que estaba. La satisfacción en su rostro la delató.-Que piensas?.- Jin sonrió de lado.
-Que deberías darme unas clases.- admitió riendo.
-Cuando quieras.- le guiñó.
Ante ese gesto Ámbar sintió flaquear sus piernas. Se sentía tan bien en compañía de él, tenían muchas cosas en común. Pero lo que aun le era mas difícil comprender, era que se sentía como si se conocieran tiempo atrás.
Sacudió su cabeza al sopesar esa idea. Era ridículo, ellos tenían un mes de haberse visto.
Un sonido en la puerta indicó la llegada de Paige. Ámbar fruncio el ceño, que hacía su madre a estas hora en casa?
-Hola cariño, huele delicioso.- sonrió al entrar en la cocina. Luego su mirada recorrió el lugar y miro que tenia visita.- Hola.- saludó.
-Hola buenas noches señora.- dijo Jin inclinándose un poco.
-Mama él es Jin, trabaja conmigo en la biblioteca.- explicó Ámbar.
-Oh, pues gracias por acompañar a mi hija hasta aquí, que amable de tu parte. Por cierto soy Paige.- extendió su mano la cual Jin estrechó.
-Encantado.
-Bien, cenemos.- dijo Paige con una sonrisa.
Esta vez Ámbar se encargó de poner la mesa, insistiendo en que Jin había cocinado ya. El y Paige se sentaron mientras la pelinegra servía la cena.
Hablaron de temas interesantes que Ámbar desconocía pero aun así prestando atención, se dio cuenta que Jin era un chico muy inteligente, lleno de conocimientos por lo que no le extrañaba que le agradara a su mamá. De vez en cuando veía las miradas pícaras que su mamá le lanzaba cuando Jin se distraía.
Cuando hubieron terminado Jin se ofreció a lavar los platos, pero tanto Paige como Ámbar, se negaron rotundamente.
Ámbar le informó a su madre que Jin había preparado la cena, ella no pudo quedar mas encantada con el chico.
Se despidió y subió a su habitación dejándolos solos.
-Tu madre es genial.- sonrió Jin.
-Lose.- se encogió de hombros.- gracias.
A pesar que no pasaban mucho tiempo juntas, la
Pelinegra seguía queriéndola y admirándola por su trabajo y desempeño en la sociedad.-Debo irme, gracias por invitarme a cenar.
-Estas bromeando? Tu la preparaste.- rió.- y me acompañaste, gracias a ti.
-No hay de qué.
Tras mirarse un par de segundos en los que Jin admiró la belleza de la chica, y Ámbar sentía ruborizarse, lo acompaño a la puerta.
-Una cosa más Ámbar.- se giró el chico quedando frente a ella.
-Si?.- preguntó desorientada.
El no vaciló un segundo, se acercó y le plantó un beso en los labios a la chica que reaccionó dos segundos mas tarde, correspondiéndole.
Aquí otro capítulo, gracias por leer!💛😙 que pasen buenos días/tardes/noches.♡
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Cita A Ciegas → Jin
Fanfiction-Creo que llevamos un buen tiempo hablando y...quisiera conocerte. •Historia corta.