En una mansión lejos de Londres se encuentra un chico de ojos hermosamente azul celeste mirando por la ventada como el sol resplandecía a lo alto del cielo, pensando en lo triste y aburrida que es su vida, que realmente esta solo, que necesita que alguien lo ame con intensidad y pasión, que cuide de el no solo por un contrato, realmente ya existía ese ser, pero no correspondía sus sentimientos, tenia ojos para alguien mas. Una lagrima traicionera resbala por su mejilla hasta caer al filo de la ventana, pero inmediatamente recupera su postura y sale de la habitación para recorrer la mansión en busca de algo en que ocuparse, entonces, al pasar por la cocina, ve a ese ser que a robado su corazón pero a la vez el culpable de su tristeza.
-Claude!!-grita abrazando a su mayordomo por la cintura mientras este parece preparar algo de alimento. Con indiferencia lo mira de reojo acomodando sus gafas, algo característico de el, retira las manos que lo sujetan y da vuelta para quedar frente a su amo.
-Mi Señor que hace aquí, ¿Necesita algo?-lo mira con su típica seriedad.
-Solo caminaba por la mansión y te encontré, que tiene eso de malo Claude, estoy bastante aburrido-agacha su mirada intentando esconder la tristeza que invade su ser al recibir ese trato tan frió de la persona que ama.
-¿Desea hacer algo para calmar su aburrimiento mi señor?-pregunta mientras se coloca los guantes y retira de su cuerpo la vestimenta que usa para cocinar.
-Ciertamente, quiero visitar a Sebastian-sugiere con una sonrisa maliciosa y una pierna cruzada, recargado en una pared mientras finge pensar, todo esto para causar celos en el mayor aunque sabe que no funciona.
-No creo que sea buena idea mi Señor, a caso ¿Quiere que su amo lo golpee de nuevo?-reclama mientras esboza una pequeña sonrisa de burla que no pasa desapercibida por el rubio. No le molestaba ir ya que así podría ver a ese pequeño demonio que tanto desea, pero no quiere encontrarse con Michaelis ya que siempre interrumpe sus "momentos". El rubio al notar que el demonio se perdió en sus pensamientos, seguramente recordando al tonto de Ciel decidió hablar.
-No es una pregunta Claude, es una orden, alista el carruaje para salir cuanto antes-menciona mientras sale de la cocina y espera el momento de irse. A decir verdad, Alois no estaba interesado en Sebastian, tan solo lo hacia por pasar el rato y no sentirse tan solo, tener la atención de alguien aunque no de quien desea.
-Yes, your highness!-responde con una reverencia antes de su amo desapareciera por completo de su vista.
............Mientras tanto en la mansión Phantomhive.........
-¿Sigue molesto conmigo joven amo?-pregunta el apuesto mayordomo mientras camina por el jardín junto con este.
-Tsk, idiota...juegas con mis sentimientos-responde mientras recuerda lo ocurrido la noche anterior
Flashback
Joven amo yo...-dice el demonio mayor muy cerca del rostro de su amo casi rosando sus labios, notando como este parece sonrojarse de una manera tan tierna a su parecer-solo quería decirle que tenga buena noche-esboza una pequeña sonrisa mientras rompe esa cercanía y arropa a su amo bajo las cobijas, dándole un beso en la frente sorprendiendo en sobremanera al menor, pero este no hizo nada mas que esconder su rostro bajo la sabana.
-Idiota...-dice con voz tan baja para cualquiera menos para su mayordomo que lo escucho perfectamente y voltea un poco antes de abrir la puerta.
-¿Dijo algo Joven amo?-pregunta aunque sabe la respuesta.
-No, nada, ya vete-responde secamente aunque por dentro tenga ganas de abrazarlo y dormir a su lado.
-Como diga-dice para finalmente dejar a su amo descansar, caminando por el pasillo con una sonrisa que no podría explicar.
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Sentimientos a flor de piel
SonstigesEl conde Ciel Phantomhive tras convertirse en un demonio, experimenta un extraño sentir que aunque no puede negarlo trata de ocultarlo, por no arruinar la amistad que ha formado con su apuesto demonio-mayordomo Sebastian Michaelis. Tras una serie de...