Whatsapp RoChu /Hetalia/

#5

No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes 4/4 

Pasaron dos semanas de lo ocurrido, en ese transcurso de tiempo Yao quiso comunicarse con su vecino del norte muchas veces, sin embargo, en ninguna fue atendido por el eslavo.

Ivan lo estaba evitando por completo, no atendía llamadas suyas, no respondía mensajes y cuando se cruzaban en alguna reunión mundial, el eslavo lo ignoraba y hacia como si el oriental no existiera, aun que China hacia lo posible por no tomar eso en cuenta, poco a poco algo se estaba rompiendo dentro de él.

Recordó el papel que encontró dentro de la muñequita rusa y decidió que era tiempo de ordenar sus sentimientos encontraros ¿Qué es lo que siente realmente por Ivan? Si, le molestaba un poco que este lo acosara tanto pero... Estos días que los paso lejos, eran muy solitarios, el eslavo se había encargado de llenar ese vacío que dejaron -sus hermanos al macharse- en su pecho, y lo peor es que él no se estaba dando cuenta de eso hasta ahora. Cometió un terrible error al tratar de esa forma al ruso, Ivan solo quería hacerle saber lo que sentía, fue muy detallista y lindo... ¿Y él? El fue un maldito cretino, ni siquiera presto atención a todos los llamados de atención, a esas sonrisas sinceras que solo eran dirigidas hacia su persona, que cuando el estaba los hermosos ojos violetas de Ivan brillaban con emoción y algo mas, y él recién ahora notaba todo eso.

Luego de haber leído esas dos palabras en ese papelito.

''Te amo''

Un mensaje tan simple y conteniendo tantas emociones a la vez.

No, no podía perder a Ivan por una estupidez propia, tenía que arreglar las cosas a como dé lugar a pesar que el otro no quiera hablarle o tan solo verle, el solo debe hacer que lo escuche aunque sea una vez.

Así como hacia el eslavo, no va a rendirse hasta que haya dicho todo lo que siente, todo eso que recién hace tres semanas descubrió y que ya no puede callar.

17 de Julio del 2016.

Rusia, Moscú. 23:20pm

Estar deprimido era poco, se sentía completamente vacío ni siquiera sus vasos llenos de vodka podían llenar el hueco en su corazón, y tan solo paso unos días de todo eso. Aun se preguntaba si todo lo que hizo realmente fue en vano y Yao jamás va a sentir lo mismo por él, ¿Qué estaría haciendo el asiático ahora? Seguramente estaba feliz, después de todo nunca le agrado su compañía por mucho que le llevara girasoles, o se disfrazara del panda que tanto le gusta al chino. Siempre acababa igual, Yao gritándole que no debía acosar a las personas... ¿Acosar? El no lo estaba acosando, querer pasar tiempo con la persona que amas esta bien, ¿verdad? ...¿VERDAD? Pero el China no lo ve asi.

Soltó un suspiro, mientras se acomodaba en su asiento y hundía un poco más el rostro en su bufanda, a pesar de estar frente a la chimenea seguía sintiendo frio lo cual es algo extraño, él está acostumbrado a sentir frio, a estar solo y que nadie se preocupara por él.

Tal vez si pudiera desaparecer de la tierra todos serían más felices, después de todo ya nadie lo necesita aquí, ni siquiera Yao o sus hermanas.

Una fría y ligera lágrima se escapó de los ojos del eslavo, deslizándose por su mejilla hasta perderse en la bufanda.

Antes de que pudiera hacer algo, la puerta principal resonó en eco, en la casa vacía, alguien estaba llamando a su puerta y sinceramente le tomó por sorpresa, no esperaba que alguien fuera a aparecer en su casa. Dio una mirada al reloj sobre la chimenea dando las nueve y media de la noche, ¿Quién podría ser a estas horas? Aún más con el frio que hace afuera.