La Situación

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La luna brillaba sobre el cielo negro de la noche acompañada por varias estrellas en el firmamento que la hacían más hermosa. Soplaba una brisa cálida mientras caía una llovizna ligera. Una gota resbaló por la ventana de Min, ella se acercó a su ventana y le limpió el vapor por el que había quedado empañada por dentro debido a la lluvia. Suspiró y se notó enjugándose una lágrima que estaba recorriendo su mejilla. Sonó su celular y se sobresaltó, moviéndose rápido para que no se cortara la llamada atravesó su habitación y contestó.

-¿Si, diga?

...

-No, no interrumpes nada, estaba acostada.

...

-Claro, dime. Sabes que puedes contar conmigo.

Mientras Min escuchaba atentamente lo que le contaban por teléfono, no podía dejar de pensar en lo sucedido aquel día de hacia 5 años, y no era para menos, ese día la había dejado marcada de por vida. De pronto un comentario de la persona que la había llamado la transportó de nuevo a la realidad.

-¿Pe-Pero qué estás diciendo? No es posible que...

...

-¡Ni se te ocurra hacerlo! ¡No harías eso!

...

-Pues entonces simplemente desaparece de mi vida, nadie te está obligando, y tampoco es como que seas dispensable para mí. ¡Así que L-Á-R-G-A-T-E!

...

Definitivamente no debió haber dicho eso en aquel momento en que estalló, después de todo se había dejado llevar impulsada por la confusión que le provocaba el revoltijo de sus emociones que se había estado guardando durante 5 años. No había dejado de pensar en aquél día y desde entonces comenzó a tener un sueño que volvía noche tras noche, durante más tiempo del que pudo soportar, por lo cual su estabilidad mental se vio afectada y comenzó a delirar. No, más bien, debería decir que lo que realmente pasó fue que inició su despertar.

...

-¡Min!

-¿¡Andrómeda!? Me espantaste.

-Lo siento, no era mi intención.

-En fin. ¿De qué querías hablarme?

-¿Eh? ¿Yo?

-Sí, tú, no es normal que llegues tan entusiasmada a la escuela en lunes y menos a estas horas de la mañana.

-Espera ¿es lunes?, pensé que era miércoles, bueno no importa.

-Oh, ¿en serio? Y supongo que tampoco importa la hora que es para ti ¿verdad?

-¿Pero de qué estás...? -cuando Andrómeda checo la hora en su celular casi cae desmayada.

-¿Y bien? ¿Ya te diste cuenta de la hora que es?

-¿¡Cómo es posible que sea tan temprano!? Y además, qué haces tú aquí tan temprano, no la verdadera pregunta es ¿por qué está la escuela abierta a esta hora de la madrugada?

-¿"Madrugada"? Pero si son las 6 de la mañana.

-A mi parecer aún es de madrugada.

-Sí, sí. Lo que digas.

-Bueno, lo que realmente quería contarte era que... -comenzó a bostezar y luego se quedó dormida de pie.

Min sonrío con ternura.

-Vaya, vaya, supongo que nunca cambiarás ¿no es cierto? -acercó una silla a Andrómeda y la sentó mientras acomodaba sus brazos en el escritorio para que le sirvieran de almohada.

La Amiga ComprensivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora