¡Quirk, quirk!

Uraraka.

— Claro, puedo hacerte una demostración cuando quieras. – Comentó contenta.

— ¿Qué te parece ahora?

Midoriya sostenía su libreta entre sus manos, mientras sonreía amablemente a Uraraka.

— ¿Cuántas cosas pesadas puedes levantar?

— Cosas pesadas, pero no tan pesadas, como autos o estatuas, con cosas más grandes necesito mucha concentración.

— ¿Y qué tal las personas? – pregunto sin mirarla.

Uraraka, sin darse cuenta toco el hombro de Midoriya mientras veía que escribía en su libreta.

— ¿Quieres que lo intente? – pregunto con una sonrisa en su rostro.

— Si, deberíamos ir adentro pa... – Midoriya paro al dejar de sentir el suelo. — ¿Uraraka? ¿¡Uraraka!?

La chica se distrajo fácilmente al ver unos pajaritos bañándose en la fuente de la escuela.

— ¡Uraraka, sálvame! – grito Midoriya al estar a tantos metros alejado del suelo.

Mientras tanto, Uraraka:

— ¡Wah! ¡Qué lindos pajaritos! ¡Son tan lindos! – pensaba mientras un millón de corazones la rodeaban.